Reloj suizo para el mercado militar sueco.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1.244 JDBC.

  1. DATACIÓN HISTÓRICA: Siglo XX, circa 1.930

 Algunas noticias relevantes en el año 1930 coetáneamente a la fabricación de este reloj fueron e incluyen: La Gran Depresión: En 1930, la Gran Depresión estaba en pleno apogeo, con una grave crisis económica que afectó a nivel mundial, especialmente a Estados Unidos y Europa. El comienzo de la construcción del puente Golden Gate en San Francisco, California, el 5 de enero de 1930. Este puente icónico se completaría en 1937.El descubrimiento del planeta Plutón por Clyde Tombaugh el 18 de febrero de 1930. Plutón fue considerado el noveno planeta del sistema solar hasta que fue reclasificado como un planeta enano en 2006.La primera transmisión oficial de televisión en color, realizada por John Logie Baird en Londres el 3 de julio de 1930.La fundación de la National Gallery of Art en Washington, D.C., el 17 de marzo de 1930, como un regalo para la nación estadounidense por parte del empresario Andrew W. Mellon. La inauguración del Empire State Building en Nueva York el 1 de mayo de 1930, que en ese momento se convirtió en el edificio más alto del mundo. El establecimiento del Bank of International Settlements (Banco de Pagos Internacionales) en Basilea, Suiza, el 17 de mayo de 1930, con el objetivo de fomentar la cooperación monetaria y financiera internacional.

En la década de 1930, Suecia mantenía un ejército basado en un sistema de defensa nacional conocido como «totalförsvar» (defensa total). Este enfoque se centraba en la movilización rápida de la población civil en caso de conflicto, junto con una fuerza militar bien equipada y entrenada.El ejército sueco en esa época estaba compuesto principalmente por fuerzas terrestres, incluyendo infantería, artillería, caballería y unidades de ingenieros. Suecia también tenía una armada relativamente modesta, centrada en la defensa costera y la protección de sus aguas territoriales. Además, contaba con una fuerza aérea en desarrollo, con un énfasis en la aviación de combate y reconocimiento. Dada su política de neutralidad, Suecia se esforzaba por mantener un equilibrio en su fuerza militar para disuadir la agresión externa sin desencadenar hostilidades. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, Suecia mantuvo una política de neutralidad armada, lo que llevó a un aumento significativo en su preparación militar y defensa nacional.

Reloj suizo de estilo lepine para el mercado militar sueco con la numeración militar 10833 y que tanto en su esfera como en su tapa posterior se ha esmaltado y grabado respectivamente las tres coronas características utilizadas como emblema del ejército sueco.

El logotipo del ejército sueco, que consiste en las tres susodichas coronas superpuestas, tiene sus raíces en la historia y la heráldica de Suecia. Las tres coronas han sido un símbolo de Suecia durante siglos y tienen varios significados: Heráldica real: Las tres coronas son un símbolo de la monarquía sueca y se pueden encontrar en el escudo de armas del país desde el siglo XIV. Representan la unión de los tres reinos históricos de Suecia, Noruega y Dinamarca bajo un solo monarca. Historia y tradición militar: En el contexto militar, las tres coronas se han utilizado como símbolo de la autoridad real y la soberanía nacional. Durante siglos, los reyes de Suecia han otorgado este símbolo a unidades militares y a individuos distinguidos como muestra de honor y lealtad al rey y al país. Identidad y orgullo nacional: Las tres coronas se han arraigado en la identidad nacional sueca y se han utilizado ampliamente en varios contextos, incluidos el ejército, la marina, la aviación y otras instituciones estatales. Para el ejército sueco, los logotipos de las tres coronas simbolizan su conexión con la historia y la tradición militar de Suecia, así como su compromiso con la defensa nacional y la soberanía del país.

Reloj militar con caja lepine en níquel y cromo con el colgante, anilla de suspensión y corona ranurada a las 12 en su tapa posterior se han grabado las tres coronas del ejército sueco y el número militar 10.833. La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración arábiga rellena de radio luminiscente que permite la visión nocturna de la hora. La numeración perimetral en esmalte rojo y de reducidas dimensiones nos permite la lectura hasta las 24 horas. El reloj dispone de segundero a las 6. Las agujas son esqueleto rellenadas de radio luminiscente para la visión nocturna. En la esfera se ha esmaltado en negro los términos: Swiss Made y Antimagnetique asi como las tres coronas del ejercito sueco. La maquinaria es dorada a puentes.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(Texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

“Hoy en día la relojería suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(Texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).