Reloj suizo de la marca OMEGA en oro de 18 Kl.

Catalogación Referencia: MIARB Nº: 410 JDBC.

Siglo XX, circa 1929.

Reloj de bolsillo construido por los maestros relojeros de la manufactura suiza OMEGA. De estilo saboneta, con el colgante y la corona a las III horas en oro amarillo de 18 Kl. Fue fabricado dentro de los primeros siete millones de relojes producidos por OMEGA, teniendo en cuenta que en 1970 ya habían alcanzado los 29 millones.

A finales del siglo XIX, la tradicional casa Louis Brandt y Hermanos se convertía en OMEGA. Desde la Chaux-de-Fonds hasta la conquista del espacio; desde las exhibiciones de los Montgolfier hasta los Juegos Olímpicos, la familia Brandt siempre ha ido avanzando al frente de OMEGA. En abril de 1970 la empresa recibió el premio Snoopy, considerada la distinción más alta de la NASA. La conquista del espacio empezó en 1965, cuando la NASA decidió equipar a sus astronautas con el cronógrafo SPEEDMASTER. El 21 de julio de 1969, Neil Armstrong y Edwin Aldrin partieron hacia la luna y OMEGA con ellos. Desde aquel memorable día los “Speedmaster Professional” han tomado parte en todos los programas espaciales, desde el Géminis al Shuttle, pasando por el Apolo, De todos modos, los éxitos más importantes de OMEGA has sido logrados con su modelo “Constellation”, nombre predestinado para que la marca que fue hasta la luna. Hoy en día, OMEGA ocupa un lugar de liderazgo.

(Fuente: Enciclopedia del Reloj de Bolsillo; José Daniel Barquero)

La caja es en oro amarillo de 18 Kl. Las tapas anterior y posterior son lisas. En la tapa interior, o guardapolvo, aparece la inscripción OMEGA, Genève y las siete medallas conseguidas por la Compañía hasta la fecha de producción del reloj.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con toda la numeración arábiga en esmalte negro. El segundero está a las VI y sobre éste, la inscripción “importé de suisse”. La marca OMEGA y su logotipo aparecen en esmalte negro debajo de la indicación horaria de las XII horas. Las agujas son estilo Luna de Breguet en latón dorado.

La maquinaria es en latón dorado, con la marca OMEGA grabada en ella y el número de serie: 7.200.890. En el indicador aparecen “R” (Retard) y “A” (Advance).

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

“Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).