Reloj regulador de ferroviario inusual, dotado de calendario con el día del mes y semana, en caja de níquel y cromo.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 454 JDBC

 

 

 

Siglo XX, circa 1905

 

Reloj de bolsillo estilo Lepine para ferroviario de gran precisión denominado: “Railway Regulator” con caja en níquel y cromo.

Dotado de pulsador en la carrura en las II y la I para el cambio del día  del mes y de la semana. El cambio horario y sistema de cuerda es por la corona redonda ranurada. La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración romana es esmalte negro. Dotado de tres subesferas una para el segundero, otra para el día del mes y otra para el día de la semana.

La tapa posterior está grabada con una locomotora  a vapor  rodeada  de una correa rematada en motivo vegetal.

A causa de un fatal  accidente ferroviario en 1891, en el que se  determinó que la culpa había sido del fallo del reloj del maquinista del tren de pasajeros, las compañías ferroviarias definieron sus stándares de fiabilidad para los relojes de sus operarios. Las manufacturas relojeras respondieron igualando o mejorando las especificaciones, y se puso en marcha un proceso que acabó produciendo los mejores relojes de bolsillo del mundo. Los maquinistas, interventores y jefes de estación estaban obligados a adquirir estos relojes, que en ocasiones los compraban los mismos empleados y otras veces la empresa. Había inspectores en plantilla que controlaban la exactitud de la hora periódicamente.

Las normas mínimas para aceptar una de estas piezas eran las siguientes:

1) Esfera blanca con números arábigos de gran tamaño,

2) Puesta en hora por tirete (para evitar errores por la manipulación inadvertida de la corona).

3) Caja roscada por ambas tapas (para evitar la entrada de polvo).

4) Volante equilibrado y compensado por temperatura, con regulador de marcha micrométrico.

5) Mínimo de 17 rubís.

6) Máximo error de marcha tolerable, treinta segundos en una semana.

7) Ajustado al menos a 5 posiciones (el reloj tenía que mantener su exactitud de marcha colocado en la posición correspondiente con las seis caras de un cubo, excepto boca abajo)

Con estos requerimientos, no es de extrañar que la lista de marcas y modelos de relojes de ferroviario aprobados fuese muy reducida y exclusiva.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

 

“La relojería ha tenido también otro de sus máximos exponentes, y por muy largo plazo, en Inglaterra. La estabilidad política conseguida por esta nación tras el paréntesis de la república de Cronwell, y su poderío marítimo y económico, ha permitido que sus mejores talentos se dedicasen con tesón y continuidad a esta actividad.

Las semblanzas de Thomas Tompion, George Graham, Harrison, John Arnold, Earnshaw, Ellicott, Dent, requerirían un espacio desproporcionado al volumen de este libro: todos están suficientemente tratados en los libros, siendo cada vez más minuciosos los estudios sobre aspectos parciales de sus obras.

Desde la aplicación del péndulo, que Fromantel inició en Londres a raíz del invento Huygens, el prototipo de reloj inglés permanece casi invariable. El conservadurismo propio de este país consiguió mantener el sistema de caracol tanto en relojería como en la portátil, hasta casi finales del siglo XX. Notables son sus relojes de carillón, numerosos los modelos de “taberna” y señoriales los de caja alta, para los que trabajaron los calificados ebanistas locales.

El tipo de reloj inglés ha sido copiado y perpetuado hasta nuestros días en varios países, habiendo sido las fábricas alemanas las que más lo han explotado desde fines del siglo XIX”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)