Reloj lepine Patek Philippe & Cie, Genève. Oro en 18 Kl.

Catalogación Referencia: MIARB Nº: 1121 JDBC.

  1. DATACIÓN HISTÓRICA

Siglo XX, circa 1900-1905.

La pieza fue producida en 1903 y fue vendida en octubre de 1903.

(Fuente: PATEK PHILIPPE , Archives Extracts, 6 enero 2020, 15:55)

Esta información ha sido proporcionada por la marca oficial PATEK PHILIPPE para el MIARB. Agradecemos la gran aportación de valor que han hecho para nuestro Museo, en especial a Doña Virgine Tibau del Departamento de Comunicación de la firma.

Reloj de bolsillo Lepine con caja en oro, de 18 kl. grabada a rombos concéntricos apretados de la marca suiza Patek Philippe & Cie. dotado del número de producción 123.278 con el colgante, la anilla de suspensión y la corona ranurada a las XII.

En la placa de características se procedió  a grabar: “Chronometro Gondolo” fabricado expresamente para Gondolo & Labouriau Relojoeiros, Rio de Janeiro. Nº 123.278 Patek Philippe & CIE Genève.

Patek Philippe & Cie. es una empresa suiza de relojes de lujo. Sus artículos son considerados símbolos de alto poder adquisitivo. Es uno de los fabricantes de relojes más caros del mundo. En la actualidad, la familia Stern es la propietaria de la empresa. Su presidente es el multimillonario Henri Stern.

Antoni Patek comenzó haciendo relojes de bolsillo en 1839 en Ginebra, junto con su colega polaco Franciszek Czapek. Se separaron en 1844, y en 1845 Patek se unió con el relojero francés Adrien Philippe, inventor del mecanismo de disolución sin llave. En 1851, se fundó la Patek Philippe & Co.

En 1868, Patek Philippe hizo su primer reloj de pulsera. Han sido pioneros en el calendario perpetuo, en dos segundos, cronógrafo y repetidor de minutos en los relojes. La compañía fabricó los primeros relojes de cuarzo e incluso un reloj de pulsera digital, el Ref. 3414.

Con los años, los relojes Patek Philippe han sido usados por un número notable de personas de estatus económico elevado, incluidos los miembros de la realeza, estrellas de cine y magnates. Es conocido el hecho de que el rey emérito de España, Juan Carlos I de Borbón, suele lucir en su muñeca un reloj fabricado por esta lujosa empresa suiza.

(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Patek_Philippe_%26_Co.)

La maquinaria es en metal dorado y en el puente del barrilete se ha grabado: “Patek Philippe & Cie Nº 123.278, Genève”. En uno de sus puentes: “Pat, jun 13-1891” y en el interior de la placa de características se ha grabado: el logo de Patek, 18Kl, y el número de serie 23246. En el interior de la tapa posterior se ha grabado: “Patek y P.P Cº, 18 kl n1 232.461”.

Este reloj se hizo especialmente para la firma Gondolo & Labouriau, situada en Rio de Janeiro, Brasil. El cronómetro Gondolo apareció en diferentes versiones, sin embargo el del Museo MIARB, objeto de esta catalogación, es el mismo modelo que aparece en la página 145 del libro Patek Philippe, Geneve, de Marti Huber & Alan Banberry.

Según se refleja en el libro Complete price guide to watches, de Tom Engle, Richard E. Gilbert y Cooksey Shugart, y a partir del número de serie de este reloj tal como aparece grabado, Nº 123.278, fue producido entre los años 1900 y 1905.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

“Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).