Reloj lepine de la marca WALTHAM MASS.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 457 JDBC

Siglo. XIX , circa 1878

Reloj de bolsilo lepine en plata de ley, construido por los maestros relojeros de la WALTHAM MASS.

En su esfera no aparece  aún la marca en esmalte negro de la WALTHAM, pero sí en la pletina. Se empezó a añadir en los años sucesivos. En la pletina aparece garbado “Waltham Mass”; “Número de serie 1.272.425” que corresponde al año de producción  1878, siendo un mecanismo patentado.

El tipo de cambio horario y sistema de cuerda es a llave.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración horaria romana y segundero a las VI en esmalte negro.

Las agujas son estilo pica de látigo, en latón dorado.

Anecdóticamente, Abraham Lincoln fue el propietario de uno de los relojes de la WALTHAM a llave, con caja de plata.

Escape de Áncora: Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos fueron, naturalmente, ingleses. Relojeros emigrantes, igualmente ingleses, comenzaron a producir sus obras al otro lado del Atlántico, a partir de la Independencia.

Más tarde, también los emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier taller de dimensión personal o familiar. El país vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)