Reloj lepine de la marca IWC, estilo modernista decorado con sistema de nielo en plata y oro.

Catalogación Referencia: MIARB Nº: 646 JDBC.

Siglo XIX, circa 1890.

Elegante reloj modernista de una suntuosa belleza y exquisita manufactura. Estilo lepine de la marca IWC.

“El legado de IWC está arraigado en el espíritu pionero y emprendedor estadounidense. Florentine Ariosto Jones, un relojero de Boston, funda la International Watch Company en 1868. Para ello, recurrió a relojeros suizos altamente calificados y se sirvió de la tecnología moderna y la energía hidráulica procedente del cercano río Rin, lo que le permitió crear movimientos de reloj de bolsillo de la mayor calidad. Los Rauschenbach, una familia industrial de Schaffhausen, asumieron el control de la empresa tras el regreso de Jones a Estados Unidos.

En la década de los ’30 los relojes de pulsera comienzan a desplazar a los de bolsillo y los años de la posguerra se caracterizan por el aumento del uso de la tecnología en la vida diaria. Durante esta época, Albert Pellaton asume el cargo de director técnico en IWC Schaffhausen. Entre sus inventos se encuentra el calibre 89 de alta precisión, así como la caja interior de hierro dulce que protege el movimiento del reloj de los campos magnéticos. También desarrolló el famoso sistema de cuerda Pellaton, un sistema de cuerda con trinquetes bidireccional sumamente eficaz.

En 1944, IWC presenta el primer reloj W.W.W.: Un nuevo reloj de pulsera militar para el ejército británico. Las letras W.W.W. grabadas en el fondo de la caja representan las palabras “Watch, Wrist, Waterproof” (Reloj, Pulsera, Hermético), y la insignia triangular real sirve como marca de propiedad. Unos años después IWC lanza el primer Aquatimer, iniciando así una exitosa historia de relojes de buceo que continúa en la actualidad. Además juega un rol clave en el desarrollo del primer movimiento de cuarzo fabricado en suiza. En 1955 la firma hace su primer mecanismo de carga automática.

En 1991, junto con Jaeger-LeCoultre y A. Lange & Söhne forman un grupo, LMH, con sede en Schaffhausen y 1.440 empleados. El grupo fue adquirido por el grupo Richemont”.

(Fuente: https://www.iwc.com/es/company/history.html)

El reloj objeto de esta catalogación dispone de esfera en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración arábiga en esmalte negro. Las agujas son estilo Luís XVI en latón dorado.

La caja es en plata de ley y oro de 18 Kl decorada con la técnica del nielo, una composición que se hace con plomo, plata, cobre, sulfuro y cloruro de amonio. La mezcla se funde sobre una base de metal grabada o cortada, procesando la mezcla en un sistema similar al esmaltado champlevé. La plata fue el metal más usado para los relojes de bolsillo nielo. Las cajas nielo de los relojes de bolsillo se pusieron de moda a principios de 1900, al mismo tiempo que el Art Nouveau y el Art décó alcanzaban su máximo esplendor.

La decoración principal de la tapa es una dama peinada al más puro estilo modernista, rodeada de profusas decoraciones vegetales y florales. La placa de características es lisa en plata de ley y la maquinaria es en metal plateado. Dispone de anilla de suspensión, corona ranurada y colgante a las XII. A las XI se encuentra el pulsador de cambio horario.

El estilo Modernista es una corriente artística de finales del siglo XIX y principios del XX, que abarca el período denominado fin de siglo y época bella. La relojería también se vió revitalizada por el modernismo, teniendo la naturaleza como principal fuente de inspiración. Recurre a líneas sinuosas y composiciones asimétricas, siendo los motivos más frecuentes flores, hojas y en especial, la figura femenina. Una de sus principales características es que se adapta a las circunstancias de la vida moderna; busca la identidad de lo urbano, lo moderno, y el diseño se aplica a todos los elementos y materiales posibles: interiores, joyas, forja, vidrio, cerámica, telas, etc. Estéticamente resultan imágenes planas, lineales y ornamentales, dotadas de singular belleza, que se alejan de la figuración para centrarse en el mero adorno, muy cerca del diseño industrial.

El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

“Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).