Reloj Joya lepine octogonal en hierro ferroso con esmalte floral en oro a cuatro colores: amarillo, rosa, cobrizo y blanco.
Catalogación Referencia: MIARB Nº 395 JDBC
- DATACIÓN HISTÓRICA
Siglo XIX, circa año 1880
- PAÍS Francia
- DESCRIPCIÓN
Reloj de bolsillo, inusual por su caja octogonal en hierro ferroso, para dama de estilo lepine, con el colgante, la corona y la anilla de suspensión a las XII. Tiene incrustaciones en oro de cuatro colores.
La caja es en hierro ferroso octogonal. La tapa posterior, al aperturarse, da acceso a la maquinaria y nos permite ver el cristal biselado que la protege. La tapa posterior dispone a su vez de un grabado representado una cesta de la que salen cuatro flores en oro amarillo, rojo cobrizo y blanco, que han sido perfectamente engastadas.
La caja dispone de pulsador lateral en la carrura para el cambio horario a la I y pestaña para facilitar apertura a las XI.
La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo y como indicador de las numeraciones aparece en esmalte oro un pequeño rombo que realza su belleza. Agujas en latón dorado HR. Spade, Min Whip.
La máquina es dorada y está protegida por un cristal. El sistema de cuerda es a remontuar por la corona ranurada.
- CALIBRE Redondo a puentes.
- ESCAPE Cilindro
El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.
El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.
- VOLANTE Anular
- HISTORIA DE LA RELOJERÍA FRANCESA
“Francia ha sido una de las naciones en que más arraigo ha tenido la relojería desde sus comienzos. Los talleres de Lyon y Blois, que antecedieron a París, han producido innumerables obras de la época del Renacimiento, que en nada desmerecen a las salidas de Augsburgo o Nuremberg. Desde el péndulo, la relojería adquiere en Francia un nuevo desarrollo, siendo ya París el centro productor desde donde se extiende el arte a toda Europa.
La nómina de sus relojeros eminentes es larguísima: Lepine , Le Roy, Robin, Janvier, y se remata con la incorporación de los suizos Berthoud y Breguet. Entendemos que se deben distinguir dos aspectos bien separados en esta relojería: las obras de autor, únicas o realizadas en cortas series, y la producción basada en la máquina París, que supuso la concentración de manufacturas y fábricas y la intervención de diversos artistas para la presentación de la caja, lo que permitió una total separación del trabajo y dio el máximo prestigio y difusión a la relojería francesa.
Por otra parte, la máquina París incorporó también complicaciones como calendario, fases de luna, segundero central, y se combinó muchas veces con equipos de órgano musical.
La relojería de uso personal tuvo asimismo gran auge; hasta su paulatino desplazamiento a Ginebra y Suiza. No olvidemos también la dilatada y vasta producción peculiar de la región de Franco Condado, que ha provisto de este género de relojes (a pesas y muelle) a toda Europa durante más de 200 años”.
(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)