Reloj estilo saboneta de la marca AMERICAN WALTHAM chapado en oro de 10ct.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 557 JDBC

 

 

 

Siglo XX, circa 1913.

 

Reloj saboneta, chapado en oro de 10 ct de la AMERICAN WALTHAM.

En su caja pone como garantía: “English make Guaranteed to be made of two plates of 10Ct gold with plate of composition between an to wear 20 years”.

En la tapa anterior dispone de las iniciales  profusamente grabadas y entrelazadas entre sí con caligrafía inglesa: W.G.

En la pletina: American Waltham USA Traveler Nº 19.338.766.

Indicación horaria  y segundero a las VI horas.

Tipo de cuerda a remontuar y cambio horario por la corona ranurada a las III horas.

Esfera en latón plateado convexo con numeración arábiga sobredorada en oro de 10ct. y agujas pica de látigo, en latón azul cobalto.

Sobre la historia de la marca del reloj, en el año 1859, la APPLETON TRACY WATCH COMPANY cambió su nombre a WALTHAM WATCH COMPANY, nombre que posteriormente, en 1885, se abrevió pasando a ser WALTHAM WATCH COMPANY. Esta gran compañía se transforma en la manufactura relojera más importante de EEUU.

Entre 1850 y 1957 produjo alrededor de 40 millones de relojes, relojes velocímetros, brújulas, fusibles de tiempo y otros instrumentos de precisión.

En 1850, en Roxbury, Massachusetts , David Davis, Edward Howard y Aaron Lufkin Dennison formaron la compañía que luego se convertiría en WALTHAM WATCH COMPANY. Su revolucionario plan de negocios consistía en fabricar las partes del movimiento de los relojes con tanta precisión que serían totalmente intercambiables . Con base en la experiencia de ensayos fallidos anteriores, Howard y Dennison finalmente perfeccionaron y patentaron sus máquinas de fabricación de relojes de precisión, creando lo que se ha denominado el Sistema estadounidense de fabricación de relojes. En 1907, el nombre de la empresa cambió a WALTHAM WATCH Co. (WWCo), en 1923 brevemente a Waltham Watch and Clock Company y finalmente en 1925 a WALTHAM WATCH COMPANY (WWC).

Dos tipos  de relojes de alta calidad fueron producidos por la compañía para los pedidos realizados por Canadian Pacific Railway; uno con el escudo y el emblema de castor del ferrocarril grabado en los movimientos, y se conoce como el tipo «CPR». El segundo tipo tiene grabado «Canadian Railway Time Service» en los movimientos, y se lo conoce como el tipo «CRTS». Ambos son muy apreciados por los coleccionistas.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

“La relojería ha tenido también otro de sus máximos exponentes, y por muy largo plazo, en Inglaterra. La estabilidad política conseguida por esta nación tras el paréntesis de la república de Cronwell, y su poderío marítimo y económico, ha permitido que sus mejores talentos se dedicasen con tesón y continuidad a esta actividad.

Las semblanzas de Thomas Tompion, George Graham, Harrison, John Arnold, Earnshaw, Ellicott, Dent, requerirían un espacio desproporcionado al volumen de este libro: todos están suficientemente tratados en los libros, siendo cada vez más minuciosos los estudios sobre aspectos parciales de sus obras.

Desde la aplicación del péndulo, que Fromantel inició en Londres a raíz del invento Huygens, el prototipo de reloj inglés permanece casi invariable. El conservadurismo propio de este país consiguió mantener el sistema de caracol tanto en relojería como en la portátil, hasta casi finales del siglo XX. Notables son sus relojes de carillón, numerosos los modelos de “taberna” y señoriales los de caja alta, para los que trabajaron los calificados ebanistas locales.

El tipo de reloj inglés ha sido copiado y perpetuado hasta nuestros días en varios países, habiendo sido las fábricas alemanas las que más lo han explotado desde fines del siglo XIX”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)