Reloj estilo lepine sobredorado de la marca ILLINOIS WATCH Co. (Springfield, USA)

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 177 JDBC

 

 

 

Siglo XX, circa 1918.

 

Reloj de bolsillo de la marca ILLINOIS WATCH Co., Springfield USA, dotado de esfera en esmalte sobre cobre convexo con motivo rural a multitud de colores. Caja a tapa de rosca sobredorada en oro de 10 Kl.

Dispone de un complejo regulador en su maquinaria, en el cual aparece grabado “F” y “S”. En la pletina, “Illinois Watch Co., Springfield, U.S.A.”, “11 Jewels” y el número de serie 3.259.029.

La esfera está profusamente decorada a esmalte de distintos colores, representando un paisaje rural. Numeración arábiga en color negro y agujas pica de látigo en latón, color azul cobalto.

En el interior de la tapa a roca se ha grabado NAW. CO. SECURITY 10 KL. GOLDFILLED y el nº de serie 7.217.798.

La ILLINOIS SPRINGFIELD WATCH CO. se fundó en 1869 y en octubre de 1870 finalizan la construcción de su fábrica. En 1872 lanzan su primer reloj: 15-Jewel Model 1 Stuart Keywind/Keyset. Un año más tarde abren oficina en Nueva York y tras superar una serie de problemas financieros, reorganizan la sociedad y en 1879 pasan a denominarse SPRINGFIELD ILLINOIS WATCH CO y abren otra oficina en Chicago. En 1885 fabrican 400 movimientos por día y tienen 900 empleados. Pasan a tener una nueva marca: la ILLINOIS WATCH CO. En 1927, la compra Hamilton Watch Co, pero la fábrica de ILLINOIS continúa a pleno rendimiento hasta 1933. Posteriormente, y hasta 1939, los mecanismos de la ILLINOIS se finalizan en la fábrica de Hamilton.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos tuvieron sus antecedentes en el Reino Unido. A su vez, relojeros emigrantes de origen inglés comenzaron a producir sus relojes al otro lado del Atlántico, aportando nuevas creaciones y patentes.

Más tarde, también los relojeros emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí se introdujeron en el sector de la relojería, creando e importando piezas de Europa. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier tipo de taller de dimensión personal o familiar. El país de los EEUU vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de gran consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)