Reloj estilo lepine para caballero de los maestros relojeros franceses de la marca VAPORE, en níquel y cromo.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 196 JDBC

 

 

Siglo XIX, circa año 1880.

 

Reloj de bolsillo de caballero de los maestros relojeros franceses de la marca VAPORE, estilo lepine con caja en níquel y cromo, con el colgante, la anilla de suspensión y la corona a las XII horas.

En la carrura dispone de pulsador para el cambio horario a las XI horas.

Dispone de tapa anterior provista de bisel con cristal biselado que protege la esfera. La tapa posterior da acceso directo a la maquinaria, protegiéndola del polvo y la humedad. A través de la carrura se abre el reloj a presión.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo, con numeración horaria arábiga. Los minutos están marcados con rayas en el extremo del perímetro de la esfera, todos los indicadores se han realizado en esmalte negro. Debajo de la indicación horaria de las XII horas aparece la marca VAPORE. Las agujas son HR. Spade Min Whip en latón negro.

La máquina es en latón dorado. En la pletina que fija el barrilete y la rochete aparece grabado “DEPOSÉ”. En el regulador indica “AVANCE” y “RETARD”.

El sistema de remontuar es por la corona y el cambio horario se realiza por el pulsador lateral de la carrura a las XI horas.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

“Francia ha sido una de las naciones en que más arraigo ha tenido la relojería desde sus comienzos. Los talleres de Lyon y Blois, que antecedieron a París, han producido innumerables obras de la época del Renacimiento, que en nada desmerecen a las salidas de Augsburgo o Nuremberg. Desde el péndulo, la relojería adquiere en Francia un nuevo desarrollo, siendo ya París el centro productor desde donde se extiende el arte a toda Europa.

La nómina de sus relojeros eminentes es larguísima: Lepine , Le Roy, Robin, Janvier, y se remata con la incorporación de los suizos Berthoud y Breguet. Entendemos que se deben distinguir dos aspectos bien separados en esta relojería: las obras de autor, únicas o realizadas en cortas series, y la producción basada en la máquina París, que supuso la concentración de manufacturas y fábricas y la intervención de diversos artistas para la presentación de la caja, lo que permitió una total separación del trabajo y dio el máximo prestigio y difusión a la relojería francesa.

Por otra parte, la máquina París incorporó también complicaciones como calendario, fases de luna, segundero central, y se combinó muchas veces con equipos de órgano musical.

La relojería de uso personal tuvo asimismo gran auge; hasta su paulatino desplazamiento a Ginebra y Suiza. No olvidemos también la dilatada y vasta producción peculiar de la región de Franco Condado, que ha provisto de este género de relojes (a pesas y muelle) a toda Europa durante más de 200 años”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)