Reloj estilo lepine en níquel y cromo de la marca estadounidense AMERICAN WALTHAM WATCH CO., dotado de esfera en esmalte blanco sobre cobre convexo decorada con profusión de esmaltes representando una escena agrícola.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 501 JDBC.

 

 

Siglo XX, circa 1921.

 

Reloj estilo lepine realizado por los maestros relojeros de la AMERICAN WALTHAM WATCH CO. (1851-1957), y dotado del número de producción 23.909.661.

Realizado en níquel y cromo, está dotado de esfera en esmalte blanco sobre cobre convexo satinado en esmaltes a todo color, representando un motivo agrícola. Numeración romana y agujas estilo Breguet Moon en latón azul cobalto. Segundero a las VI horas.

En la pletina, aparece grabado: “A.W.W.CO Waltham-Mass-USA” y en el regulador: “F”, “S” y el número de producción 23.909.661.

El tipo de cuerda es a remontuar por la corona.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

  

“Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos fueron, naturalmente, ingleses. Relojeros emigrantes, igualmente ingleses, comenzaron a producir sus obras al otro lado del Atlántico, a partir de la Independencia.

Más tarde, también los emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier taller de dimensión personal o familiar. El país vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)