Reloj estilo lepine en níquel y cromo del famoso personaje “Dick Tracy”.

Catalogación Referencia: MIARB Nº : 272 JDBC.

Siglo XX, circa 1940.

 

“Dick Tracy” es una tira de prensa del género policíaco que ha ido evolucionando desde su creación el 4 de octubre de 1931 en Chicago, EEUU. El creador fue Chester Gould. El personaje pronto evolucionó, a partir de 1937 y empezó a aparecer en la radio, el cine y los comics, otorgándoles una gran aceptación y popularidad.

El reloj objeto de esta catalogación es de estilo lepine en níquel y cromo y se realizó en los años 1940, tres años después de nacer la tira de “Dick Tracy”.

La esfera es en papel satinado a color con agujas rectangulares en latón negro y numeración arábiga en negro. En el centro de la misma, la inconfundible figura de Dick Tracy en color.

La maquinaria es en metal dorado. La anilla de suspensión es rectangular, y junto con la corona y la anilla de suspensión, se  situan a las XII horas.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos tuvieron sus antecedentes en el Reino Unido. A su vez, relojeros emigrantes de origen inglés comenzaron a producir sus relojes al otro lado del Atlántico, aportando nuevas creaciones y patentes.

Más tarde, también los relojeros emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí se introdujeron en el sector de la relojería, creando e importando piezas de Europa. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier tipo de taller de dimensión personal o familiar. El país de los EEUU vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de gran consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)