Reloj estilo Lepine de la Unión Suiza en níquel y cromo. Muy inusual por sus letras en los indicadores.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1097 JDBC

 

 

Siglo XX, circa 1900.

Reloj Lepine con maquinaria dotada de sistema ROSKOPF, producido en Suiza para la reputada joyería española Unión Suiza.

Hoy en día, un reloj con letras en la esfera, en la situación de los indicadores horarios es muy inusual, siendo codiciado por el coleccionismo.

La esfera es en esmalte blanco. Los pequeños indicadores horarios son en esmalte rojo y las letras, UNIÓN SUIZA, en esmalte azul. Las agujas estilo Breguet son de color azul cobalto. La locomotora, situada a las 12:00h, es una locomotora de la Compañía MZA Madrid-Zaragoza-Alicante (RENFE, a partir de 1940) de la serie 401 a 450, fabricadas por la Maquinista Terrestre y Marítima en Barcelona, a principios de 1900.

 

Sobre la historia de UNIÓN SUIZA, es una empresa de joyería barcelonesa con 175 años de historia y dirigida actualmente por la sexta generación.

Jaume Vendrell y Francisca Castellà establecen un comercio “de joyería y taller por cuenta propia” en el año 1840 en Barcelona, cerca de la Parroquia del Carmen.

El bisabuelo, Carlos Vendrell Castellà (1939) casado con María Serra Comte abren su joyería en Sans. Tendrán 6 hijos, entre ellos su primogénito y 3ª generación, Jaume Vendrell Serra, aprendió el oficio con su padre y en 1880 abrió su primera joyería en la calle Ancha, nº 41. El comercio se trasladó a la calle Hospital, donde abre tres tiendas más en los números 7, 17 y 37.

Tuvo cuatro hijos, entre ellos el abuelo Carlos Vendrell Paradís nacido en 1880. Conoce a Adela Sàlvia en el Liceo y se casa con ella. Se establecen por su cuenta y abren la primera tienda en la Calle Hospital nº 37. Poco después abrirán su primera tienda en las Ramblas, en la misma esquina del Liceo. Este período fue muy fructífero.

A principios del sg. XX, tienen buena relación con todas las grandes marcas suizas, que traslada a España y Cataluña para su distribución.

En el año 1928 inauguran la tienda de la Rambla de Cataluña con el nombre de Unión Suiza.

En 1930 registran sus propias marcas de relojes KRONOS. Se construye la fábrica de relojes en Suiza, en La Chaux de Fonds, donde llegan a trabajar unos 400 empleados.

Y en Barcelona se abren dos tiendas Kronos, una en Rambla Canaletas nº 123 y otra en la calle Pelayo nº 12.

Después de la guerra civil del 36, inauguran la tienda de Diagonal, que pasa a convertirse en un icono para toda Europa.

Durante los años 50 inauguran la tienda Vendrell Joyeros en Madrid. Lluís Vendrell i Salvià, 5ª generación, está durante una temporada en esta tienda, dándole un gran impulso y convirtiéndola en la tienda de referencia en Madrid.

Poco después se hizo una reestructuración de la empresa, que redujo el número de puntos de venta para dedicarse exclusivamente a la alta joyería, relojería y marca Unión Suiza.

En esta etapa final, Lluís, Xavier, César y David dan un gran impulso a su marca de relojes Kronos, así como a las nuevas colecciones de joyería y sobre todo a la marca Global Unión Suiza.

 

En cuanto al maestro y empresario relojero Georges-Fréderic Roskopf nació en Alemania en el año 1813 y falleció en Suiza en el año 1889, siendo reconocido mundialmente como el que consiguió que la clase trabajadora pudiese adquirir relojes de bolsillo de calidad a precio asequible.

Sus inicios profesionales se remontan a 1829, a la edad 16 años, en La Chaux de Fonds, donde ya es un destacado comerciante y trabaja centrado en la especialidad de piezas de metal, ferretería y fornitura de relojes. En 1833 decidió iniciarse en el mundo de la producción de relojes como aprendiz y colaborador de J. Biber. Su espíritu emprendedor hizo que no tardara en establecerse con su propio negocio, centrado en la compra de movimientos relojeros y demás piezas relacionadas con el mundo de la relojería (como por ejemplo: cajas, esferas, agujas, coronas, anillas de suspensión, etc.) para montar sus propios relojes.

El hecho de estar en un sector en constante desarrollo y crecimiento, hizo que internacionalizara su negocio, creando relojes de elegante diseño de manufactura propia y los exportara a Europa y Norte América desde Suiza.

Su crecimiento fue tan importante que el ansia de prosperar hizo que no prestara suficiente atención a algunos departamentos de su negocio y éstos no fueran muy rentables, por lo que al recibir una oferta importante, decidió vender su empresa. No obstante, su pasión por la relojería hizo que siguiera fabricando relojes como Director asociado en la manufactura B. J. Guttman Frères de Wruzburg.

En 1855, Georges F. Roskopf abrió un nuevo negocio con su hijo, Fritz Edouard Roskopf, y Henri Gindrauz que denominarían Roskopf, Gindraux and Co. Después de dos años, su hijo F. Edouard abrió su propio negocio en Ginebra y Gindrauz fue a Neuchâtel y dada su brillantez, ocupó el importante puesto de Director de la Escuela de Relojería, con todo lo que ello conlleva estando en un sector altamente floreciente en aquel momento.

G.F. Roskopf era un gran empresario y soñaba con realizar un modelo de reloj de muy buena calidad pero a un precio asequible, que pronto fuera muy popular entre la clase trabajadora. En el año 1860 ideó con gran astucia y estrategia un reloj de calidad y diseño que podía venderse por 20 francos.

Roskopf patentó sus relojes en distintos países, tales como Bélgica y Francia, pero no en Suiza, pues por aquellos años este país todavía no disponía de un sistema de patentes.

Fue el año 1868 el de su reconocimiento internacional a tanto trabajo. Tuvo la oportunidad de presentar su reloj en la Exposición Universal de París y ganó la codiciada Medalla de Bronce. En 1869, lo exhibió en la Exposición de Amsterdam y ganó la ansiada Medalla de Plata.

En 1873, Roskopf llegó a un acuerdo con Wille Freres y sus asociados, CH. Leon Schmid. A su muerte, un gran número de marcas relojeras de todo el mundo declararon ser sus sucesoras legales, pero únicamente Wille Freres tenía los derechos sobre la firma Roskopf.

Los mecanismos Roskopf se hicieron por su rentabilidad y precisión muy populares en todo el mundo. Cientos de marcas y compañías, así como numerosas manufacturas empezaron a utilizar sus modelos, marcando un antes y un después en la historia de la relojería internacional.

 

“Creado en 1798 por el maestro relojero L. Perron de Besançon. Las paletas de rubí son sustituídas  por paletas de acero templado. Este escape fue utilizado con posterioridad por Roskopf, en el año 1867 cuando creó un reloj simplificado de precio módico”. (Dictionnaire Professionnel Illustré de l’Horlogerie. G.A. Berner)