Reloj estilo lepine de la ELGIN NATIONAL WATCH COMPANY en níquel y cromo, dotado de patente PIÑÓN.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº: 762 JDBC.

 

 

Siglo XX, circa 1900.

 

La Elgin National Watch Company , comúnmente conocida como ELGIN WATCH COMPANY , fue una de las principales manufacturas de relojes en los EE. UU. Durante el período comprendido entre 1864 y 1968. La compañía producía y comercializaba relojes con los nombres de Elgin, Lord Elgin y Lady Elgin. Durante casi 100 años, el complejo de fabricación de la compañía en Elgin, Illinois, fue el mayor sitio dedicado a la relojería en el mundo.

La manufactura se fundó en agosto de 1864 bajo la denominación de National Watch Company, en Chicago, Illinois, por Philo Carpenter , Howard Z. Culver, Benjamin W. Raymond , George M. Wheeler , Thomas S. Dickerson, Edward H. Williams y W. Robbins. En septiembre del mismo año, los fundadores visitaron la Waltham Watch Company en Waltham, Massachusetts, y lograron convencer a siete de los más brillantes maestros relojeros de Waltham para que trabajaran para su nueva compañía.

La joven y creciente ciudad de Elgin, Illinois, a unas 30 millas al noroeste de Chicago, fue elegida como lugar para situar la fábrica. Inicialmente. El  primer reloj fue denominado “BW Raymond” en honor a Benjamin W. Raymond. En el año 1869, la National Watch Company ganó el premio «Best Watches, Illinois Manufacture» en la XVII Feria Anual del Estado de Illinois, por el cual ganó una medalla de plata. La compañía cambió oficialmente su nombre a Elgin National Watch Company en 1874, ya que el nombre de Elgin había llegado a ser de uso común para sus relojes.

 

Reloj de bolsillo lepine en níquel y cromo con caja lisa y escudo en la tapa posterior para grabar las iniciales. La placa de características es lisa y en el interior de la misma se ha grabado el número de serie 113.767. En cuanto a la tapa posterior, en su interior se ha grabado “KEYSTONE, COIN, C, 113.737”.

La maquinaria es en metal dorado y en el bisel de la maquinaria, al levantar la tapa de características, vemos que se ha grabado el número 3767. En la maquinaria se ha grabado: “ELGIN NATIONAL WATCH COMPANY”, con el número 600.204, “Adjusted, Patent Pinion”.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo y numeración romana con segundero a las VI horas y agujas en latón negro estilo Breguet, con la marca esmaltada en negro a las XII horas.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

  

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos tuvieron sus antecedentes en el Reino Unido. A su vez, relojeros emigrantes de origen inglés comenzaron a producir sus relojes al otro lado del Atlántico, aportando nuevas creaciones y patentes.

Más tarde, también los relojeros emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí se introdujeron en el sector de la relojería, creando e importando piezas de Europa. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier tipo de taller de dimensión personal o familiar. El país de los EEUU vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de gran consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)