Reloj estilo lepine con inusual segundero saltante de la marca ILLINOIS SPRINGFIELD, EE.UU. realizado en níquel y cromo.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 240 JDBC.

Siglo XX, circa 1924.

Realizado por maestros relojeros de la ILLINOIS SPRINGFIELD WATCH COMPANY, Double Roller, es un reloj de bolsillo estilo lepine, inusual al disponer de segundero a las VI h de cifras saltantes que se desplazan cada una a la velocidad de un segundo.

En la esfera, en esmalte color negro, aparece el logotipo y la marca ILLINOIS. En su maquinaria aparece el número de serie 4.693.915, “Adjusted 3 positions”, “ILLINOIS, SPRINGFIELD WATCH COMPANY”, “19 Jewels”, “Double Roller”. En el regulador, “F” y “S”.

El tipo de cuerda es a remontuar por la corona, situada a las XII horas.

La esfera es en latón plateado, con numeración arábiga tanto para horas como para segundos. Las agujas son estilo gótico o “Gothic”, en latón color azul cobalto. La segundera se visualiza por la media luna, a las VI horas.

La ILLINOIS SPRINGFIELD WATCH CO. se fundó en 1869 y en octubre de 1870 finalizan la construcción de su fábrica. En 1872 lanzan su primer reloj: 15-Jewel Model 1 Stuart Keywind/Keyset. Un año más tarde abren oficina en Nueva York y tras superar una serie de problemas financieros, reorganizan la sociedad y en 1879 pasan a denominarse SPRINGFIELD ILLINOIS WATCH CO y abren otra oficina en Chicago. En 1885 fabrican 400 movimientos por día y tienen 900 empleados. Pasan a tener una nueva marca: la ILLINOIS WATCH CO. En 1927, la compra Hamilton Watch Co, pero la fábrica de ILLINOIS continúa a pleno rendimiento hasta 1933. Posteriormente, y hasta 1939, los mecanismos de la ILLINOIS se finalizan en la fábrica de Hamilton.

Este reloj data de 1924, justo tres años antes de que la firma se vendiera a la Hamilton Watch Company.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos tuvieron sus antecedentes en el Reino Unido. A su vez, relojeros emigrantes de origen inglés comenzaron a producir sus relojes al otro lado del Atlántico, aportando nuevas creaciones y patentes.

Más tarde, también los relojeros emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí se introdujeron en el sector de la relojería, creando e importando piezas de Europa. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier tipo de taller de dimensión personal o familiar. El país de los EEUU vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de gran consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)