Reloj encendedor para la aerolínea estadounidense TWA.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº: 703 JDBC.

 

 

Siglo XX, circa 1966.

 

Reloj de bolsillo encendedor realizado como publicidad para la aerolínea estadounidense TWA, pues en los años sesenta se podía fumar en los aviones.

El encendedor objeto de esta catalogación, es rectangular en níquel y cromo liso.

El reloj es lepine, en níquel y cromo, con la corona ranurada a las VI horas. En la indicación horaria de las XII horas, se ha esmaltado en color negro “TWA” y en la indicación horaria de las VI: “17 Jewels”.

La esfera es en metal plateado; la numeración arábiga es en relieve a las XII, III, VI y IX; el resto de indicadores horarios son en esmalte negro y las agujas son en latón plateado.

Trans World Airlines (TWA) fue una importante aerolínea estadounidense que existió desde 1930 hasta 2001. Se formó como Transcontinental & Western Air para operar una ruta desde la ciudad de Nueva York a Los Ángeles a través de St. Louis, Kansas City. Con American, United y Eastern, fue una de las «Big Four» aerolíneas nacionales en los Estados Unidos.

Howard Hughes adquirió el control de TWA en 1939, y después de la Segunda Guerra Mundial lideró la expansión de la aerolínea para servir a Europa, Oriente Medio y Asia, convirtiendo a TWA en la segunda aerolínea no oficial de Estados Unidos después de Pan Am. Hughes renunció al control en la década de 1960 y la nueva administración de TWA adquirió Hilton International y Century 21 en un intento por diversificar el negocio de la Compañía.

Cuando la Ley de desregulación de líneas aéreas de 1978 provocó una ola de fallas, TWA se separó de su compañía controladora en 1984. Carl Icahn adquirió el control de TWA y tomó la compañía de forma privada. Con esta compra, que tuvo lugar en 1988, TWA se vio endeudada y vendió sus rutas de Londres, se sometió a una reestructuración y se vió muy afectada por la explosión de su Vuelo TWA-800 de 1996.

En 2001, TWA se declaró en tercera y última quiebra y fue adquirida por American Airlines. American despidió a muchos ex empleados de TWA tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 y en el año 2003, cerró su centro de operaciones situado en St. Louis. (Fuente: Wikipedia)

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

“Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).