Reloj de la marca INGERSOLL WATCH Co. en caja lepine en níquel y cromo dotado de patente con fecha 22 de julio de 1914.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº: 725 JDBC.

 

 

Siglo XIX, circa 1914.

 

Reloj de bolsillo con caja en níquel y cromo estilo lepine de la reputada marca de EEUU, INGERSOLL WATCH COMPANY.

La esfera es en metal plateado con numeración arábiga en esmalte negro y segundero inusual a las III horas. Las agujas son estilo cometa. A las VI horas se ha grabado la marca INGERSOLL y “Made in USA” en esmalte negro.

El colgante y la corona ranurada están a las XII. La tapa posterior tiene decoración lineal.

En la maquinaria, con calibre a tres cuartos y volante a la vista se ha grabado: “Ingersoll, made in USA. Ingersoll Watch Co. Patent, Noviembre 1914 – 22 de julio – 218. Nº C-95.628.010.

Con respecto a la historia de INGERSOLL, alrededor de 1880, Robert Hawley Ingersoll y su hermano Charles Henry, que operaban desde Nueva York en un negocio de venta por correo, captaron la necesidad de lanzar al mercado un reloj económico, que cualquiera pudiera pagar, que se vendiera por un dólar aproximadamente. Tanto la New Haven Clock Company como la Waterbury Clock Company ya habían producido relojes de bajo costo que podían satisfacer la necesidad que anticipaba Ingersoll, pero no habían tenido éxito en el mercado de masas ni una amplia distribución.

En 1892, Ingersoll realizó un pedido inicial de 10,000 relojes a Waterbury Clock Company, a un costo de 85 centavos cada uno, que se ofrecería en su catálogo de venta por correo de Ingersoll a un precio de 1$. El reloj de Ingersoll también se vendió en la Exposición Columbian de 1892 por 1.50$. Se estima que llegaron a vender 85,000 relojes.

Esta respuesta tan positiva hizo que Ingersoll regresara a Chicago para la Feria Mundial en 1893, donde un nuevo reloj, con el emblema de la Feria Mundial fue otro nuevo gran éxito de la firma.

La fabricación se llevó a cabo mediante contrato con Waterbury Clock Company y en dos fábricas nuevas propiedad de Ingersoll en Waterbury y Trenton, Nueva Jersey. Se le atribuye a la compañía Ingersoll el perfeccionamiento de un sistema de distribución que incluyó igualdad de precios en todos los puntos de venta. Para 1899, su producción era de 8.000 relojes al día, y en 1901, Ingersoll anunció que sus relojes se vendían a 1$ en más de 10.000 distribuidores repartidos en los Estados Unidos y Canadá. Su eslogan publicitario era «El reloj que hizo famoso al dólar».

Ingersoll adquirió Trenton Watch Company en 1908 y New England Watch Company en 1914. En 1917, la compañía presentó el modelo «Reliance», un reloj de 17 rubíes de mayor calidad. En 1919, Ingersoll fue pionero con otra innovación, la introducción del «Radiolite», con dial de radio luminoso.

Ingersoll se declaró en bancarrota en 1921 durante la recesión posterior a la Primera Guerra Mundial. Fueron absorbidos por Waterbury Watch Company en 1922 por 1.5M de dólares. En 1942, Waterbury fue adquirida por U.S. Time Corp, que continuó usando el nombre de Ingersoll.

(Fuente: http://www.pocketwatchrepair.com/histories/ingersoll.html)

El Dr. Bernays hizo famosa a esta Compañía, pues realizó una campaña publicitaria para INGERSOLL consiguiendo que se pasara del reloj de bolsillo al de pulsera.

 

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos tuvieron sus antecedentes en el Reino Unido. A su vez, relojeros emigrantes de origen inglés comenzaron a producir sus relojes al otro lado del Atlántico, aportando nuevas creaciones y patentes.

Más tarde, también los relojeros emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí se introdujeron en el sector de la relojería, creando e importando piezas de Europa. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier tipo de taller de dimensión personal o familiar. El país de los EEUU vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de gran consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)