Reloj de la marca ELGIN masónico con caja lepine sobredorada.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº : 588 JDBC

 

 

Siglo XX, circa 1915.

 

La historia de la firma ELGIN se remonta a la primavera de 1864, cuando media docena de empresarios de Chicago decidieron que si Massachussets podía tener una fábrica que construyera relojes, Illinois también podría. En agosto de ese mismo año, el mencionado consorcio, incluyendo al entonces alcalde de Chicago, Benjamin W. Raymond, compró una granja abandonada a 30 millas al norte de Chicago y construyó allí una fábrica de relojes. Después de un año de diseño y construcción de tornos y máquinas para lograr niveles de precisión aparentemente imposibles, un equipo de relojeros y mecánicos produjo su primer movimiento de reloj de bolsillo que se denominó “B.W. Raymond” en honor al alcalde. El reloj era exquisito y con él nacía la ELGIN NATIONAL WATCH COMPANY.

En 1910 la obsesión de ELGIN por la precisión se había extendido por todo el mundo. Los ingenieros de ELGIN construyeron su propio observatorio para mantener tiempos científicamente precisos en sus relojes.

Durante la Segunda Guerra Mundial toda la industria civil fue detenida y la Compañía se trasladó a la industria de la defensa, fabricando relojes militares, cronómetros, fusiles de artillería, altímetros y otros instrumentos destinados a la aviación y rodamientos de zafiro utilizados para mejorar la puntería de los cañones de artillería.

Mientras que su altruismo era vital para la guerra, el patriotismo de ELGIN irónicamente abrió una oportunidad para los suizos. En 1964, después de una década a mediados de siglo que vió el resurgimiento de las series de élite “Señor y Lady Elgin”, la fábrica de ELGIN cerró sus puertas. A lo largo de un siglo, en el Norte de Chicago, había producido la mitad de todos los relojes de bolsillo y de pulsera fabricados en los Estados Unidos.

Reloj de bolsillo de la marca norteamericana ELGIN producido especialmente para la masonería.

La masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, simbólico, filosófico, discreto, selectivo, jerárquico, internacional, humanista y con una estructura federal fundada en un sentimiento de fraternidad. Afirma tener como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio filosófico de la conducta humana, de las ciencias y de las artes, y el fomento del desarrollo social y moral del ser humano, orientándolo hacia su evolución personal, además del progreso social. Así mismo, ejemplifica sus enseñanzas con símbolos y alegorías tradicionales tomadas de la albañilería o, más específicamente, del Arte Real de la Construcción, es decir, de los constructores de las catedrales medievales.

(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Francmasoner%C3%ADa)

El reloj objeto de esta catalogación dispone de caja de 4,5cm de diámetro estilo lepine sobredorada y lisa, con pequeñas filigranas en su tapa posterior.

Sistema de cuerda y cambio horario a través de la corona ranurada, que, junto a la anilla de suspensión y el colgante, se sitúa a las 12 horas.

En el interior de la tapa posterior, que es a rosca y no a bisagra, se garantiza el sobredorado durante 20 años. En la misma tapa, se ha grabado: SWC Co.; 20 years y el número 480.828.

La esfera es en metal dorado con numeración substituida por simbología masónica y segundero a las VI. Las agujas son pica de látigo en latón azul cobalto.

La maquinaria ha sido grabada con el número de serie que corresponde al 18.531.872; ELGIN NATL. WATCH CO. USA; 17 JEWELS, DOUBLE ROLLER.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos tuvieron sus antecedentes en el Reino Unido. A su vez, relojeros emigrantes de origen inglés comenzaron a producir sus relojes al otro lado del Atlántico, aportando nuevas creaciones y patentes.

Más tarde, también los relojeros emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí se introdujeron en el sector de la relojería, creando e importando piezas de Europa. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier tipo de taller de dimensión personal o familiar. El país de los EEUU vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de gran consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)