Reloj de dama estilo lepine, de la marca relojera COLUMBIA WATCH CO., Estados Unidos.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 463 JDBC.

 

 

Siglo XX, circa 1900.

 

COLUMBIA WATCH CO., Waltham Massachussetts 1896-1899

La COLUMBIA WATCH CO. Se fundó en 1896 por Edward A. Locke que era formalmente el Director General de la Waterbury Watch CO. La Compañía empezó a manufacturar relojes con escape de movimientos dúplex en el año 1897. Estos movimientos se hicieron para la marca “Columbia Watch CO” “Waltham Mass”. También se hicieron movimientos para la firma: “Hollers Watch Co. Brooklyn, NY” y para la marca: “Cambridge Watch Co., New York”.

El fundador Edward A. Locke dejó el negocio a su yerno, Renton Whidden en el año 1898 y la firma cambió con nuevos movimientos semi catalinos llamados “Suffolk”. El nombre de la Compañía no cambió hasta 1901. (Fuente: Complete Price Guide to Watches, pag. 165).

El Reloj objeto de esta catalogación es un reloj de bolsillo  de dama, estilo lepine, realizado por los maestros relojeros norte americanos de la COLUMBIA WATCH CO.

La esfera está realizada en esmalte blanco con imprimación en esmaltes a color, representando una escena rural de caballos tirando de un trineo. Numeración arábiga en color negro y las agujas son estilo pica de látigo, en latón azul cobalto.

En el puente del volante, aparecen grabadas “F” y “S” y en la pletina el nº 3218190.

El tipo de cuerda y cambio horario es a remontuar por la corona.

 

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

El volante es un órgano que, mediante sus oscilaciones, regulariza la marcha de los engranajes del reloj. Cuando se trata de un volante monometálico de tornillos, el aro está provisto de tornillos, que dan buena apariencia al volante y permiten modificar fácilmente su momento de inercia.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos fueron, naturalmente, ingleses. Relojeros emigrantes, igualmente ingleses, comenzaron a producir sus obras al otro lado del Atlántico, a partir de la Independencia.

Más tarde, también los emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier taller de dimensión personal o familiar. El país vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.