Reloj de caballero estilo lepine, con inusual simbología masónica en la esfera, con caja en níquel y cromo.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 058 JDBC.

 

 

Siglo XIX, circa 1880.

Reloj de grandes dimensiones con 7cm de diámetro y con caja en níquel y cromo, realizado expresamente para el mercado masónico del Reino Unido.

La masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, simbólico, filosófico, discreto, selectivo, jerárquico, internacional, humanista y con una estructura federal fundada en un sentimiento de fraternidad. Afirma tener como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio filosófico de la conducta humana, de las ciencias y de las artes, y el fomento del desarrollo social y moral del ser humano, orientándolo hacia su evolución personal, además del progreso social. Así mismo, ejemplifica sus enseñanzas con símbolos y alegorías tradicionales tomadas de la albañilería o, más específicamente, del Arte Real de la Construcción, es decir, de los constructores de las catedrales medievales.

Su esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con indicadores horarios combinados con numeración romana en esmalte negro y simbología masónica en profusión de colores. A las XII se ha puesto el ojo (que todo lo ve). A las 14 horas, la luna; a las 16 horas, la paleta; a las 20 horas, la hoz, a las 22 horas la campana y el sol. Presidiendo el centro del reloj se sitúa el templo masónico y el típico suelo en forma de tablero de ajedrez.

La caja, de grandes dimensiones, está realizada en níquel y cromo liso y pulido, al igual que la placa de características.

Dispone de pulsador lateral para cambio horario y de corona ranurada para el sistema de cuerda. Las agujas son grandes, de latón pica de látigo en color negro.

 

El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

 

“La relojería ha tenido también otro de sus máximos exponentes, y por muy largo plazo, en Inglaterra. La estabilidad política conseguida por esta nación tras el paréntesis de la república de Cronwell, y su poderío marítimo y económico, ha permitido que sus mejores talentos se dedicasen con tesón y continuidad a esta actividad.

Las semblanzas de Thomas Tompion, George Graham, Harrison, John Arnold, Earnshaw, Ellicott, Dent, requerirían un espacio desproporcionado al volumen de este libro: todos están suficientemente tratados en los libros, siendo cada vez más minuciosos los estudios sobre aspectos parciales de sus obras.

Desde la aplicación del péndulo, que Fromantel inició en Londres a raíz del invento Huygens, el prototipo de reloj inglés permanece casi invariable. El conservadurismo propio de este país consiguió mantener el sistema de caracol tanto en relojería como en la portátil, hasta casi finales del siglo XX. Notables son sus relojes de carillón, numerosos los modelos de “taberna” y señoriales los de caja alta, para los que trabajaron los calificados ebanistas locales.

El tipo de reloj inglés ha sido copiado y perpetuado hasta nuestros días en varios países, habiendo sido las fábricas alemanas las que más lo han explotado desde fines del siglo XIX”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)