Reloj de bolsillo mecánico, de la marca National Watch Company. Estilo saboneta, construido en oro de 18kl. Dotado de la complicación de sonería a minutos. Con número de serie 4881, que perteneció al Ilustre pintor Don Francisco Pradilla Ortiz, considerado después de Goya el pintor aragonés más importante.

Catalogación para la familia descendiente del Maestro y Artista Pradilla, representada para esta catalogación por Don Alejandro del Real.

  1. DATACIÓN HISTÓRICA

Siglo XX, circa 1910.

2. PAÍS

Suiza.

3. INTRODUCCIÓN        

Coincidiendo con el centenario del fallecimiento del ilustre y distinguido pintor Don Francisco de Pradilla, en el que a lo largo de la geografía española se suceden los homenajes durante este año 2021, hemos tenido constancia del reloj de bolsillo que le perteneció y que aún perdura en la familia, generación tras generación custodiado fielmente en memoria del artista.

El reloj ha sido entregado al MIARB, Museo de alta relojería de bolsillo, que ha tenido a bien catalogarlo, a petición de la familia representada por D. Alejandro del Real, por su interés museístico. El MIARB en justo homenaje quiere contribuir con esta catalogación a honrar la memoria de artista Don Francisco Pradilla.

4. DESCRIPCIÓN TÉCNICA DEL RELOJ EN GENERAL.

Se trata de un reloj estilo saboneta en oro de 18kl. en una exquisita conservación.

Fue manufacturado en la NATIONAL WATCH COMPANY, situada en La Chaux de Fonds, Suiza.

La caja ha sido grabada a rombos concéntricos apretados, estilo Guilloche. Dispone en la tapa anterior de escudo para grabar las iniciales del propietario, así como ha sido profusamente decorado el mismo en su perímetro con motivos vegetales y florales, estos últimos rematando el copete con una flor de lis. La tapa posterior ha sido dispuesta también a rombos concéntricos apretados estilo Guilloche haciendo un elegante conjunto con la tapa anterior. La anilla de suspensión, el colgante y la corona chata ranurada a pulsador forman un elegante conjunto y el mismo ha sido punzonado en el cuello del colgante. La carrura dispone de dos pulsadores pues se trata de un reloj dotado de complicación de repetición a minutos. Los pulsadores en forma de elegante media luna y en oro de 18kl, se han dispuesto a la altura de la indicación horaria entre las 5 y las 7, los mismos sirven para accionar a petición la sonería, es decir una complicación realizada en relojes mecánicos de bolsillo de alta gama. El reloj es capaz de informarnos acústicamente de los minutos, cuartos de hora o medios cuartos, con una gran calidad de sonido que se produce a petición, que es cuando los martillos de la maquinaria golpean el «gong”, situado al efecto en el perímetro de la maquinaria, siendo este de una gran resonancia.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración arábiga en esmalte negro. Las agujas son en latón dorado estilo Luis XVI. El segundero es a subesfera a las 6 con aguja estilo “pelo” también en latón dorado. El cristal es original y ligeramente convexo. La tapa interior que da acceso a la esfera ha sido punzonada en su interior con el símbolo de oro de 18kl. y la numeración de serie que corresponde al 4881.

En la placa de características se ha grabado en elegantes letras inglesas “repetition a minutes” y elegantes letras en mayúsculas la reputada marca: “NATIONAL WATCH COMPANY”.

5. DESCRIPCIÓN TÉCNICA DE LA MÁQUINA

CALIBRE             Redondo a puentes y platina a tres cuartos.

La sonería dispone de dos martillos. En la contra pletina ha sido grabada la marca.

 ESCAPE               Áncora a paletas de rubís.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

VOLANTE            Cut compensation.

El puente del volante ha sido grabado con Advance y Retard para regular a través de aguja la velocidad.

6. HISTORIA DE LA MARCA FABRICANTE DEL RELOJ NATIONAL WATCH COMPANY, SUIZA.

La Manufactura NATIONAL WATCH COMPANY, fue fundada en 1.867 por CHS-LEÓN SCHMID en Le Chaux de Fonds, Suiza, para la producción de relojes de calidad y alta gama, dotados de complicaciones y en materiales nobles como oro y plata, como es el caso de este reloj, objeto de la catalogación.

Su fundador posteriormente registró numerosas marcas de éxito. Con posterioridad en 1872 compró la patente de la marca más codiciada del momento, ROSKOPF, que junto a otra manufactura relojera Willi Freres la explotaron a razón de 50 céntimos por pieza durante cuatro años, siendo el famoso reloj Roskopf el elegido por el pueblo, por su diseño, fiabilidad y reducido precio. Hasta 1947 vendieron más de 50 millones de relojes Roskopf.

7. HISTORIA DEL RELOJ UNA VEZ ADQUIRIDO.

Este reloj fue un regalo que Don Francisco Pradilla Ortiz, gran maestro de la pintura, recibió de su consuegro, y gran amigo suyo, el Doctor Francisco Huertas Barrero. Huertas fue un gran Médico de cabecera de personajes como Sagasta, Maura, Castelar y de la Casa Real, entre otros, además fue Senador del Reino y Gran Cruz de Isabel la Católica, siendo este quien le regaló el reloj en justa correspondencia por haberle dedicado su más famoso autorretrato.

El Artista FRANCISCO PRADILLA ORTIZ. Nacido en Villanueva de Gállego (Zaragoza) en 1848, es considerado el pintor aragonés más importante después de Goya y uno de los máximos exponentes de la pintura española del siglo XIX. Fue director de la Escuela Española en Roma y a su regreso a Madrid fue nombrado director del Museo del Prado. Tras destacar por sus dotes artísticas en Madrid, marchó a Roma en 1874 como pensionado de la Real Academia Española de Bellas Artes y allí pintó su obra maestra, Doña Juana la Loca, hoy en el Museo del Prado, por la que obtuvo la Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes y la Medalla de Honor de la Exposition Universelle de París, alcanzando gran fama en toda Europa. Este triunfo le llevaría a recibir el encargo del Senado para la ejecución del cuadro La rendición de Granada, por el que se le otorgó la Gran Cruz de Isabel la Católica. Debido a su enorme prestigio, Pradilla fue solicitado por la alta aristocracia madrileña para que decorase sus palacetes -como los techos del palacio de los Marqueses de Linares en Madrid- y pintase sus retratos. Realizó además gran cantidad de escenas costumbristas y paisajes. A los 50 años se alejó voluntariamente de todos los actos sociales y políticos y se entregó de lleno a la pintura en la soledad de su estudio, donde recibía a amigos como Pérez Galdós, Núñez de Arce y el rey Alfonso XIII, que solía visitarlo con frecuencia. Murió en Madrid el 1 de noviembre de 1921 y a su entierro acudió el presidente del Consejo de Ministros, Antonio Maura.

El Dr. FRANCISCO HUERTAS BARRERO. Nacido en Alcuéscar (Cáceres) en 1847, fue un destacado médico en su época, al que se atribuye la introducción de la aspirina en España. Su excelente labor clínica le permitió sobresalir entre sus colegas, convirtiéndose en el médico de diversas personalidades de la época, como Sagasta, Antonio Maura, Castelar, el conde de Romanones, Pablo Iglesias y la familia real. Esto no impidió que siguiese con abnegación su trabajo en la Beneficencia Provincial. Preocupado por las condiciones sanitarias de la población, consiguió que se dotase de calefacción en España a los coches de ferrocarril de 3ª clase. Formó parte del Consejo Privado de Su Majestad la reina María Cristina y de numerosas comisiones científicas, viajando a París, Londres y Berlín. Impulsor de la campaña antipalúdica en España, fue autor de artículos y estudios de alto valor científico, como el realizado sobre el paludismo en Extremadura. Fue senador del Reino en representación de la Real Academia Nacional de Medicina, de la que fue académico de número, y recibió prestigiosas distinciones, como la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Encomienda de Carlos III, la Gran Cruz de San Jorge de Grecia, la de Caballero de la Legión de Honor de Francia. Falleció en Madrid en 1933.

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(Texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

“Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(Texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).