Reloj de bolsillo lepine de la marca BONNE con caja en plata de ley y oro de doble uso horario de 24 horas a petición.

MIARB Nº 1.238 JDBC

DATACIÓN HISTÓRICA: Siglo XIX, circa 1.885

     En 1885, varios eventos notables tuvieron lugar en todo el mundo coetáneamente a la producción de este reloj: La Rebelión del Noroeste en Canadá: Este conflicto armado entre el gobierno canadiense y las tribus indígenas de las Praderas ocurrió entre marzo y mayo de 1885. La rebelión fue liderada por Louis Riel y culminó con la Batalla de Batoche. Finalización de la Estatua de la Libertad: En Francia, la construcción de la Estatua de la Libertad se completó en 1885. La estatua fue un regalo del pueblo francés al pueblo estadounidense en conmemoración del centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Revolución en Bulgaria: La revuelta en Bulgaria en 1885, conocida como la Revolución de septiembre, condujo a la unificación de las provincias orientales de Rumelia y Bulgaria, desafiando el dominio otomano en la r egión.Rebelión del Mahdi en Sudán: Muhammad Ahmad, conocido como el Mahdi, lideró una rebelión contra el dominio egipcio y británico en Sudán. En 1885, las fuerzas del Mahdi capturaron la ciudad de Jartum. Fin de la guerra entre Chile, Perú y Bolivia: La Guerra del Pacífico llegó a su fin en 1885 con la firma del Tratado de Ancón entre Chile y Perú, y el Tratado de Valparaíso entre Chile y Bolivia. Como resultado, Chile anexó territorios de Perú y Bolivia, y Bolivia perdió su acceso al mar.

    Este inusual reloj de la marca BONNE, ha sido construido para dar un servicio de lectura horaria de 24 horas a través de sus doce ventanas biseladas las cuales han sido dispuestas en forma circular sobre una elegante esfera en metal plateado mate con segundero a las VI. Esas doce ventanas permiten ofrecer la lectura horaria en numeración romana en esmalte negro sobre una segunda esfera blanca sobre cobre convexo y que a petición y por el pulsador dispuesto a las XI en la carrura del reloj permite la visualización de la segunda lectura horaria en numeración arábiga también en esmalte negro a través de girar la propia esfera blanca sobre cobre convexo que se sitúa debajo de la esfera de metal. Las agujas de este reloj son tres horaria, minutera y segundera las cuales han sido construidas en latón de color azul cobalto y en estilo denominado Pica de Látigo.

    La caja de este elegante reloj ha sido construida en dos materiales nobles combinando elegantemente la plata y el oro. A tal efecto en la totalidad de la caja de plata destaca la placa de características la cual protege a la maquinaria y en la que se ha grabado el tipo de escape que corresponde a cilindro y además el número de rubíes que corresponden a 11. En cuanto a su tapa posterior esta ha sido grabada profusamente a rombos concéntricos apretados y en su centro un elegante escudo rodeado con motivos vegetales, florales y otras filigranas que dan realce al diseño.

    En cuanto a la disposición del oro en la caja se ha dispuesto en los biseles tanto en el anterior como en el posterior, así como en la anilla de suspensión produciendo un gran efecto decorativo.

    La maquinaria del reloj ha sido construida a puentes y en la misma se ha grabado el término BONNE que corresponde a la marca.

    En cuanto a la historia del por qué se construyó este reloj fue para dar servicio a la lectura de 24 horas dado la popularización de los avances industriales y tecnológicos aplicados a los transportes y otras actividades que se llevaron a cabo a mediados del siglo XIX el ser humano requirió de relojes que les informaran de una lectura horaria de 24 horas para evitar confusiones. Un claro ejemplo se pudo contemplar en los trenes de pasajeros que comenzaron a introducirse rápidamente en esa moderna sociedad y lo mismo y coetáneamente lo hicieron los relojes de bolsillo con indicaciones horarias incorporadas de 24 horas como es el caso de este reloj para evitar así confusiones a la hora de coger el tren y otros transportes públicos para no perderlos. Ese hecho se produjo a mediados del siglo XIX, con el desarrollo de la tecnología ferroviaria y la expansión de las redes ferroviarias y otros transportes en Europa y América del Norte. Sin embargo, la utilización de relojes de 24 horas creció significativamente durante el siglo XX, con mejoras en la velocidad, comodidad y alcance de los servicios ferroviarios utilizados durante el día y la noche incluidos los del propio conocimiento del ciudadano de la utilización de las 24 horas. Esos hechos llevaron a que la utilización de las 24 horas en relojería se consolidara   durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente en el ámbito militar, para evitar también confusiones entre la hora del día y la noche en misiones y operaciones que requerían además la precisión en el tiempo.

    El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

    El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

    “Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

    En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

    Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

    Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

    Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

    Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

    Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

    De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

    (Texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

    “Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

    En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

    (Texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).