Reloj de bolsillo lepine de la manufactura Waterbury Watch Co., en caja de níquel y cromo con inusual escape dúplex.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 067 JDBC.

Siglo XIX, circa 1884.

En 1880 Benedict & Burnham pasaron a llamarse WATERBURY WATCH Co. D.A.A. Saltaron a la fama por un modelo denominado “rotary watch”, de 58 piezas para las series A & 57 y B.

Reloj de bolsillo estilo lepine con caja en níquel y cromo de la Waterbury Watch Co. (WWCo, EEUU), correspondiente a la serie C y como tal, dotado de un inusual escape dúplex.

La esfera es en papel maché encerado sobre metal, con numeración romana y nombre de la marca entre las X y II horas con logotipo de la marca a las VI h. Las agujas son estilo pica de látigo en latón azul cobalto.

La placa de características está fijada a cuatro tornillos y se ha grabado profusamente: “Don’t remove this cap unless you are a practical watch repairer”. Alrededor de la bocallave central aparece el logotipo de la marca WW y debajo: “Series C”. Al aperturar la placa, dispone de un trabajo a puentes curvos grabados en los que se  puede leer Waterbury Watch Co. Waterbury, Connecticut, USA.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria del reloj y compuesto de dos ruedas, una mayor y otra de menor diámetro, montadas una sobre otra; de ahí su nombre, dúplex, que significa doble. Con posterioridad, si bien se siguió manteniendo el mismo nombre, se ideó un sistema que permitía ofrecer lo mismo pero con una sola rueda dotada de doble dentado de impulsión.

 

Los primeros relojes que funcionaron en los Estados Unidos fueron, naturalmente, ingleses. Relojeros emigrantes, igualmente ingleses, comenzaron a producir sus obras al otro lado del Atlántico, a partir de la Independencia.

Más tarde, también los emigrantes de Alemania y Centroeuropa asentados allí. Pero en los nuevos estados era difícil que pudiera perpetuarse cualquier taller de dimensión personal o familiar. El país vivió con intensidad dinámica el mismo proceso que en la vieja Europa había consumido siglos: si el reloj, en 1780, era necesario, no lo sería solo ya para la clase dominante o pudiente, sino para una capa social de mayor espectro, por lo que en seguida se planteó la necesidad de organizar de alguna forma la producción industrial en serie. Para esto, contaban con la capacidad de iniciativa, el ingenio, la organización industrial, etc., capaz de atender a una expectativa de consumo sin parangón en el mundo.

La historia de los primeros fabricantes norteamericanos de relojes, ahora puesta de manifiesto, es apasionante como ninguna otra. Eli Terry empezó copiando los relojes de la Selva Negra, en madera, y de Edward Howard, y sus muchos seguidores.

Ellos fueron los primeros en producir los relojes en serie. Baste decir que los suizos acudieron allí para aprender y aplicar su tecnología de la producción en serie, a fin de adaptarse a los nuevos tiempos.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)