Reloj de bolsillo J.L. & A. BREGUELIN TRAMELAN.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 060 JDBC

Siglo XIX, circa 1885.

En el siglo XVII, maestros relojeros de la talla de ROUZIER & MELLI de Suiza (Ginebra) ofrecían instrumentos geográficos que daban la hora local en distintas ciudades del mundo, siendo un gran adelanto científico. Estos adelantos los posicionaron como pioneros de los relojes de hora universal, que se popularizaron después de la división de la tierra en 24 zonas horarias. En 1856, el relojero parisino Modeste Anquetin registró una patente con cuatro suplementos para un reloj que permitía ver la hora de todos los países. Este sistema fue diseñado bajo el principio del cuentakilómetros. El dial de una de las caras mostraba las horas y el de la otra cara, los minutos de numerosas ciudades alrededor del mundo. Este invento se desarrolló extensamente con la introducción de los barcos de vapor y el ferrocarril alrededor del año 1884. Después de este período, estos modelos pasarían al olvido y nacerían los relojes “horas del mundo” como el que estamos catalogando. (Fuente: The Mastery of Time de Dominique Fléchon)

Se trata de un reloj de bolsillo estilo lepine, cuya estructura está montada sobre la carrura. El sistema de cuerda es por la corona ranurada y el cambio horario se realiza por el pulsador.

La primera esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo, dotada de agujas estilo Breguet, y el nombre de las ciudades en una profusión de esmaltes de color.

La segunda esfera es de esmalte blanco sobe cobre convexo con las distintas ciudades en profusión de esmaltes de colores. Está dotada de disco central, el cual se ha procedido a dividir en 60 minutos en numeración arábiga en esmalte negro, el cual gira una vez por hora y nos facilita la hora en 43 ciudades del mundo.

Otro museo que dispone de este mismo reloj – catalogado con el número 10 – es el Museo de Relojería de La Chaux de Fonds, en Suiza.

 

 

“La relojería ha tenido también otro de sus máximos exponentes, y por muy largo plazo, en Inglaterra. La estabilidad política conseguida por esta nación tras el paréntesis de la república de Cronwell, y su poderío marítimo y económico, ha permitido que sus mejores talentos se dedicasen con tesón y continuidad a esta actividad.

Las semblanzas de Thomas Tompion, George Graham, Harrison, John Arnold, Earnshaw, Ellicott, Dent, requerirían un espacio desproporcionado al volumen de este libro: todos están suficientemente tratados en los libros, siendo cada vez más minuciosos los estudios sobre aspectos parciales de sus obras.

Desde la aplicación del péndulo, que Fromantel inició en Londres a raíz del invento Huygens, el prototipo de reloj inglés permanece casi invariable. El conservadurismo propio de este país consiguió mantener el sistema de caracol tanto en relojería como en la portátil, hasta casi finales del siglo XX. Notables son sus relojes de carillón, numerosos los modelos de “taberna” y señoriales los de caja alta, para los que trabajaron los calificados ebanistas locales.

El tipo de reloj inglés ha sido copiado y perpetuado hasta nuestros días en varios países, habiendo sido las fábricas alemanas las que más lo han explotado desde fines del siglo XIX”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)