Reloj de bolsillo Goliat en hierro ferroso pavonado estilo lepine. “Regulateur des Electriciens, Anti mangnetique”.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1.184 JDBC

DATACIÓN HISTÓRICA: Siglo XIX, circa 1.889

Reloj de bolsillo lepine, con caja lisa, en hierro pavonado, con el colgante, la anilla de suspensión y la corona ranurada a las XII. El pulsador para el cambio horario está entre las XII y las I.

La esfera es en esmalte blanco, sobre cobre convexo con numeración romana en esmalte negro para los indicadores horarios y sobre estos en numeración arábiga es esmalte negro los indicadores de los minutos de cinco en cinco.

Debajo de las XII se ha esmaltado:” Regulateur des electriciens”.  Entre las IX y las III se ha esmaltado: ”Anti mangnetique”, sobre unos postes de tendido eléctrico y debajo de este “Déposé”.

El segundero está en las VI.

Las agujas son pica de látigo en latón azul cobalto.

La maquinaria dispone de puente irregular rematado sobre el eje del volante con otro material antimagnético.

Reloj de bolsillo considerado todo un gran adelanto científico para la época, desde que el norteamericano Thomas Alva Edison, el 22 de octubre de 1879 tuvo éxito en el logro de iluminar con una bombilla. En Francia llega la electricidad de la mano de la exposición internacional de electricidad que se llevó a cabo en parís (1881) donde se pudieron admirar los grandes adelantos científicos como los dinamos, las bombillas, tranvías eléctricos y teléfonos . Simultáneamente en 1881 se llevó a cabo el primer congreso de electricistas.

Este reloj fue diseñado para evitar los campos electromagnéticos por los relojes utilizados por los electricistas, ya que eran muchos los elementos que rodeaban a los electricistas con campos electromagnéticos en su profesión, provocando se le adelantaran o atrasaran los relojes, perjudicándoles en su buen hacer personal y profesional, con lo que implicaba en aquella época la importancia del tiempo y la precisión horaria.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

“Francia ha sido una de las naciones en que más arraigo ha tenido la relojería desde sus comienzos. Los talleres de Lyon y Blois, que antecedieron a París, han producido innumerables obras de la época del Renacimiento, que en nada desmerecen a las salidas de Augsburgo o Nuremberg. Desde el péndulo, la relojería adquiere en Francia un nuevo desarrollo, siendo ya París el centro productor desde donde se extiende el arte a toda Europa.

La nómina de sus relojeros eminentes es larguísima: Lepine , Le Roy, Robin, Janvier, y se remata con la incorporación de los suizos Berthoud y Breguet. Entendemos que se deben distinguir dos aspectos bien separados en esta relojería: las obras de autor, únicas o realizadas en cortas series, y la producción basada en la máquina París, que supuso la concentración de manufacturas y fábricas y la intervención de diversos artistas para la presentación de la caja, lo que permitió una total separación del trabajo y dio el máximo prestigio y difusión a la relojería francesa.

Por otra parte, la máquina París incorporó también complicaciones como calendario, fases de luna, segundero central, y se combinó muchas veces con equipos de órgano musical.

La relojería de uso personal tuvo asimismo gran auge; hasta su paulatino desplazamiento a Ginebra y Suiza. No olvidemos también la dilatada y vasta producción peculiar de la región de Franco Condado, que ha provisto de este género de relojes (a pesas y muelle) a toda Europa durante más de 200 años”.

(Texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria).