Reloj de Bolsillo para el Ferrocarril Nacional de Kansai, (Osaka) Japón, modelo: Second Setting Diaflex de la marca Seiko, en japonés Seikosha, con caja en níquel y cromo. Nº de serie: 9190020T/41/0198.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1.186 JDBC

HISTORIA DE LA MARCA:

Del fundador del imperio actual de relojes Seiko el relojero japonés Kintaro Hattori

 (1860-1934) se tiene constancia documentada de que en el año 1877 a sus 17 años decidió abrir en su propia casa en Kyobashi, situada en el distrito de Ginza de Japón, su incipiente negocio de mecánico relojero. En esa relojería con taller propio se especializó en la reparación de relojes mecánicos de bolsillo, de pie, de sobremesa y de pared, bautizando la misma bajo el nombre de:  “Relojería Kintaro Hattori”. Pronto su buen hacer personal y profesional es reconocido en todo Japón y su pericia en reparar no deja indiferente a ninguno de sus clientes que ven en él un valor seguro.

Por aquel entonces en el que Kintaro Hattori crea su relojería y para situarnos en la época de la que hablamos y en esas mismas fechas, hace que nos preguntemos ¿Qué estaba pasando en la sociedad japonesa del momento? Coetáneamente del 29 de enero al 24 de septiembre de 1877, nueve años después del inicio de la era Meiji, Japón se encontraba en pleno proceso de lo que se consideró en llamar la Rebelión de Satsuma. Hechos que consistieron en una rebelión por parte de los que habían sido Samuráis en la Provincia de Satsuma y quienes estaban en contra del Gobierno Meiji. Su líder el Samurai Saigo Takamori, fue el responsable de esos levantamientos armados en contra del gobierno de la época lo que conllevo a la práctica desaparición de estos como clase social y de los estatus, privilegios y protocolos que les pertenecían a los Samuráis.

Los Samurais fueron unos guerreros del antiguo Japón los cuales pertenecían a una poderosa y significativa élite que llegó a gobernar Japón durante siglos, teniendo un gran poder. En el Japón de nuestro relojero Kintaro Hattori con las rápidas reformas sociales y los cambios culturales, empresariales y sociales parecían los Samuráis ya no tener aceptación ni cabida como así fue.

Cuatro años después en el año 1881 a sus 21 años de edad Kintaro Hattori se va haciendo un nombre en el sector relojero y eso le permitió ampliar el negocio. Fundó su nueva empresa dedicada no solo a la reparación como venía haciendo desde hacía años, en su nuevo negocio además añadiría la venta de relojes de bolsillo, pared, pie y sobremesa, desarrollando su actividad relojera a pleno éxito, pues la fama le precede como relojero y sus reparaciones y restauraciones integrales son buenas, muy buenas.

La demanda de relojes es emergente ya que la nueva sociedad japonesa los necesita son tiempos en los que todo gira en torno a la precisión horaria y la mejor forma de proporcionarse sin lugar a dudas era a través de un reloj  mecánico.     

Será a lo largo de esa década donde su organización relojera tiene un crecimiento espectacular centrado en los éxitos principalmente que le ofrecen los relojes de pared en el que distintas personas pueden ver la hora al mismo tiempo.

En el año 1892, coincidiendo con el 32 cumpleaños de Kintaro Hattori dispone de los muchos ingredientes necesarios para triunfar en relojería bajo el lema que luego se incluirá como homenaje póstumo en algunos de sus relojes como el Satoyo del año 1945: “juntos en la abundancia durante los años”. Dichos requisitos se conjuran como si de una premonición se tratara para su posterior triunfo y fueron los conocimientos técnicos y empresariales la madurez necesaria la energía y visión de futuro unido al poder económico suficiente como para poder comprar una fábrica que por aquel entonces estaba en desuso.

 Sus esfuerzos con las nuevas instalaciones fueron más allá y tuvo que abastecerse, dotarse de empleados experimentados y la fornitura necesaria para dar rienda suelta a sus creaciones e importaciones que luego adaptó a los gustos y necesidades japonesas.

La fábrica no fue fruto de un experimento o improvisación fue el resultado de su creatividad y experiencia acumulada y a la que le había dedicado Kintaro Hattori mucho tiempo previo, bautizándose bajo el nombre de Seikosha en japonés Seiko y que traducido del japonés ese término sería: “Casa de Exactitud” o “Casa de Precisión” un elegante nombre para el Japón de la época.

En el año  1895 se creó también  el modelo de reloj de bolsillo denominado Timekeeper, relojes que nacen en un nuevo emplazamiento el de la nueva fábrica pues la anterior no da cabida para las nuevas máquinas y talleres de montaje que ofrecerá el nuevo espacio que continúa estando en el mismo distrito de Yanagashima pero en un nuevo y mucho más grande emplazamiento.

Seiko ha sido pionera en tecnologías relojeras, como ejemplo se puede citar la producción del primer reloj de pulsera japonés en el año 1913.  Éxito que debe atribuirse a Seiko y en especial a su fundador Kintaro quien empieza con una gran visión comercial adelantándose al futuro con una producción cercana a los 50 relojes de pulsera diarios. Ese hito en el Japón de la época con una población que se resistía a abandonar el reloj de bolsillo no dejaba de ser un atrevimiento empresarial.

Después de los pioneros relojes time keeper  vendrán nuevos relojes de bolsillo como el Satoyo producido después de la muerte de Kintaro Hattori  en 1945 o el Seiko de bolsillo second setting diaflex, construido en el año  1959 y el cual es objeto de esta catalogación.

DESCRIPCIÓN DEL RELOJ:

La caja de este reloj para el  Ferrocarril Nacional de Kansai, ( Osaka) modelo Second Setting Diaflex  ha sido fabricada en níquel y cromo, con el colgante, la corona ranurada y la anilla de suspensión a las XII, además ha sido grabado grabado profusamente en su tapa posterior  con el número de serie que corresponde al 41/0198, el cual además dispone de una serie de grabaciones en caracteres japoKansaineses que se traduciría como: “ Rei Kyū Hachi” es decir:” Ferrocarril Nacional de Kansai ”

La esfera es en esmalte blanco, sobre cobre convexo con numeración arabiga en esmalte negro y agujas estilo Pica de Látigo en latón negro, con segundero a las VI.

En la esfera se ha esmaltado en negro: “Seiko, precisión 15 Jewels” y sobre el segundero a las VI: “Second setting Diaflex”. Debajo del segundero a las VI se ha esmaltado también en negro: “Japan 9119-0020T”.

En la maquinaria se ha grabado sobre la pletina: “Seikosha. 15 jewels”.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre. Maquinarias dotadas de los elementos mencionados para hacerlos económicos.

El primer reloj japonés se fabricó en 1879, pero no fue hasta que Kintaro Hattori fundó Seikosha Co. Ltd. en 1892 que los relojes se produjeron en mayor número. Probablemente le sonará la primera mitad del nombre de la empresa; sí, Hattori fue el fundador de Seiko, la marca de relojes japonesa más famosa en la actualidad. En 1913, la empresa presentó su primer reloj de pulsera, el Laurel. Los relojes Laurel se fabricaron originalmente para los oficiales del ejército japonés y funcionaban con movimientos de reloj de bolsillo. Pero lo más importante es que el Laurel marcó el inicio de una tradición de fabricación de relojes de pulsera japoneses extraordinarios. Al principio, los relojeros japoneses creaban relojes inspirados en marcas occidentales, principalmente suizas. No fue hasta 1960, con la introducción de los primeros relojes Grand Seiko y King Seiko, cuando la relojería japonesa adquirió su propia identidad gracias a la «gramática del diseño» de Seiko. Este fue uno de los aspectos de la búsqueda de la excelencia en la industria japonesa.

El mundo de la relojería se transformó profundamente en 1969, con la introducción del Seiko Astron, el primer reloj de cuarzo del mundo. Aunque los relojes de cuarzo se asocian a menudo con relojes de gama baja, el Astron fue sobre todo el resultado de esa misma búsqueda de la excelencia: crear relojes de gran precisión. La relojería tal y como la conocíamos estaba desapareciendo, y la relojería japonesa se convirtió en sinónimo de relojes de cuarzo de gama baja producidos en serie. Estos relojes arrasarían en todo el mundo y pondrían de rodillas a la industria relojera suiza durante un periodo de tiempo. La relojería suiza acabó recuperándose a finales de los 80 y principios de los 90, y al mismo tiempo los japoneses redescubrieron su pasión por la relojería mecánica. Como resultado, desde entonces hemos visto a una serie de marcas japonesas, grandes y pequeñas, hacerse un nombre en el mundo de la relojería. (Fuente: https://www.chrono24.es/ ).