Reloj de bolsillo del importante maestro relojero Julien Le Roy para el mercado turco en plata de ley.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1152 JDBC

  1. DATACIÓN HISTÓRICA

Siglo XVIII, circa 1750.

Exquisito reloj de bolsillo muy insual del importante maestro relojero Julien Le Roy realizado en París, Francia, para el mercado Turco. La caja es Lepine en plata de ley con sistema de cuerda a llave por la parte de la maquinaria, al igual que el cambio horario por el eje de las agujas en la parte delantera de la esfera.

La esfera de este reloj es una combinación de un gran gusto y diseño. En la misma vemos los cartuchos en esmalte blanco sobre cobre convexo con  numeración  turca en esmalte negro para las horas y minutos. La esfera es en latón dorado con una combinación de esmalte verde y exquisito repujado vegetal y floral en la que resalta a las XII la autoría del maestro relojero: “Julien Le Roy” a “Paris”. Las agujas son estilo Luis XVI y son en latón dorado. En la maquinaria se ha grabado: “Julien Le Roy, París” y el nº de serie: 13.152.  El coquerete se ha decorado con motivos florales y vegetales.

“Julien Le Roy fue un célebre relojero, nacido en Tours en 1686.A la edad de 13 años compuso varías máquinas de su invención que ya denotaban un talento superior para la mecánica. En 1713 fue agregado a la corporación de relojeros de París y en 1739 obtuvo el nombramiento de relojero de cámara. Fue el que inventó el poner aceite al cie de las ruedas y el volante de los relojes de faltriquera; redujo el volumen de los de repetición e inventó un excelente mecanismo de compensación para evitar la influencia del frío y del calor. También dio el modelo de los relojes públicos llamados horizontales y enriqueció la gnomónica con muchos descubrimientos. Este artista, que juntaba a sus talentos todas las virtudes que hacen apreciable a un hombre particular, murió en 1759”. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Julien_Le_Roy.

Catalino o de rueda catalina. Dicha pieza, como su nombre indica, es un escape de paletas dentro del grupo de los de retroceso. En España, a este tipo de escape se le denomina escape de rueda catalina.

“Francia ha sido una de las naciones en que más arraigo ha tenido la relojería desde sus comienzos. Los talleres de Lyon y Blois, que antecedieron a París, han producido innumerables obras de la época del Renacimiento, que en nada desmerecen a las salidas de Augsburgo o Nuremberg. Desde el péndulo, la relojería adquiere en Francia un nuevo desarrollo, siendo ya París el centro productor desde donde se extiende el arte a toda Europa.

La nómina de sus relojeros eminentes es larguísima: Lepine , Le Roy, Robin, Janvier, y se remata con la incorporación de los suizos Berthoud y Breguet. Entendemos que se deben distinguir dos aspectos bien separados en esta relojería: las obras de autor, únicas o realizadas en cortas series, y la producción basada en la máquina París, que supuso la concentración de manufacturas y fábricas y la intervención de diversos artistas para la presentación de la caja, lo que permitió una total separación del trabajo y dio el máximo prestigio y difusión a la relojería francesa.

Por otra parte, la máquina París incorporó también complicaciones como calendario, fases de luna, segundero central, y se combinó muchas veces con equipos de órgano musical.

La relojería de uso personal tuvo asimismo gran auge; hasta su paulatino desplazamiento a Ginebra y Suiza. No olvidemos también la dilatada y vasta producción peculiar de la región de Franco Condado, que ha provisto de este género de relojes (a pesas y muelle) a toda Europa durante más de 200 años”.

(Texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)