Reloj de bolsillo de la marca UNION HORLOGERE con caja saboneta en oro.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 920 JDBC.

 

 

Siglo XX, circa 1910.

 

La UNION HORLOGERE  fue fundada en 1883 por iniciativa de los fabricantes y distribuidores más reconocidos de la época. Originalmente una colaboración conjunta suiza, con el objetivo de realizar compras conjuntas y establecer una red de distribuidores en todo el mundo.

En 1890, la compañía se estableció en la ciudad relojera de Bienne y en 1917 se ubicó en Rue de l’Union.

La UNION HORLOGERE desarrolló rápidamente sus propios movimientos. En 1901, la marca de relojes se registró bajo este nombre como compañía. Se abrieron filiales en París y Nueva York. Se desarrolló una gran red de distribuidores en Suiza, Alemania, Austria. UNION HORLOGERE se convirtió en uno de los mayores productores de relojes de bolsillo en ese momento. La marca ganó una reputación debido a sus relojes de plata y oro.

Además de los relojes de bolsillo para hombre, se fabricaron varios modelos para mujer. Durante este período, los relojes de pulsera empezaban a aparecer, UNION HORLOGERE ya estaba desempeñando un papel creativo en esta evolución.

Para los relojes de bolsillo, también se utilizaron movimientos más complicados: fase lunar, cronógrafo, calendario y repetidor de minutos.

A finales del siglo XIX y hasta mediados de la guerra, UNION HORLOGERE vivió su mayor período, aunque más tarde desaparecería. No fue hasta 2011 que UNION HORLOGERE se registró como una nueva empresa, todavía en Bienne y justo enfrente de la antigua fábrica en Rue de l’Union, donde actualmente producen.  (Fuente: http://www.unionhorlogere.ch/history.html).

 

Reloj de bolsillo UNION HORLOGERE con caja saboneta de 5cm de diámetro en oro de 18kl amarillo, a rombos concéntricos apretados estilo Guilloche. El colgante, la anilla de suspensión y la corona con pulsador están situados a las III horas.

La corona sirve para el estado de remontuar a cuerda y el cambio horario. En la placa de características  de oro se ha grabado: “ Union Horlogere, Bienne, geneve, Spiral Breguet, doublé plateau balencier compensé, ancre 16 rubis”.

Esfera en plata de ley con numeración arábiga en esmalte negro con segundero a las VI y agujas en latón negro estilo cometa.

 

Ancora Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

 

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

 En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

 Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

 Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

 Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

 Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

 De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

 

“Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).