Reloj de bolsillo de inusual esfera violeta.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1.249 JDBC

DATACIÓN HISTÓRICA: Siglo XX, circa 1.910

    Algunas noticias importantes y eventos significativos ocurridos en 1910 coetáneamente a la producción de este reloj fueron: Muerte de Eduardo VII: El 6 de mayo de 1910 falleció Eduardo VII, rey del Reino Unido y Emperador de la India. Fue sucedido por su hijo, Jorge V.Haley ‘s Comet: El cometa Halley pasó cerca de la Tierra en 1910, siendo visible desde la Tierra. Este evento astronómico ocurre aproximadamente cada 76 años. Revolución Mexicana: La Revolución Mexicana, que comenzó en 1910, fue un conflicto armado que duró casi una década y que tuvo un profundo impacto en la historia y la política de México. Fallo del cometa de Yerkes-Dodson: En octubre de 1910, la Tierra pasó a través de la cola del cometa de Yerkes-Dodson, lo que provocó una alarma mundial debido al miedo a que el cianuro de hidrógeno en la cola del cometa pudiera envenenar la atmósfera. Muerte de Florenz Ziegfeld: Florenz Ziegfeld, el famoso productor de teatro y empresario estadounidense, fundador de los Ziegfeld Follies, falleció en 1910.Descubrimiento del virus del mosaico del tabaco: En 1910, Dimitri Ivanovsky, un botánico ruso, descubrió el virus del mosaico del tabaco, un avance importante en la comprensión de las enfermedades virales en las plantas. Estos son solo algunos de los eventos notables que ocurrieron en 1910, un año que estuvo marcado por cambios significativos en todo el mundo en política, ciencia, cultura y sociedad.

    Reloj de bolsillo dotado de una muy inusual esfera por su color en esmalte Violeta sobre grabado Guilloche que se visualiza al trasluz del esmalte con indicación horaria de 24 horas. La numeración de la esfera del reloj es arábiga en inusual también esmalte amarillo que produce un suntuoso efecto al contraste con el esmalte violeta. Sobre la esfera se ha sobrepuesto una exquisita pletina de diseño con grabado Guilloché a rombos concéntricos apretados en metal plateado y recortada para dar realce a las ventanas de los indicadores horarios y también aperturada en su centro para visualizar el segundero a las VI. La caja es de estilo Lepine con el colgante, anilla de suspensión y la corona ranurada a las 12 y está construida en níquel y cromo habiendo grabado unas medallas en la placa de características y el tipo de escape que corresponde a cilindro.

    El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

    El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

    “Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

    En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

    Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

    Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

    Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

    Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

    Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

    De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

    (Texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

    “Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

    En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

    (Texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).