Reloj cronómetro estilo lepine en oro de 18 Kl liso del maestro relojero inglés EMILE FRIEDLEY, BRADFORD.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 341 JDBC

 

 

Siglo XIX, circa 1866.

 

Reloj catalogado en la “Enciclopedia del Reloj de Bolsillo” de José Daniel Barquero, pág.324, en la que incluso se ilustra con algunas fotografías. El reloj es en oro de 18 Kl, con 5,5cm de diámetro, producido por el maestro relojero inglés Emile Friedley de Bradford (Inglaterra). Totalmente liso, desprovisto de grabados. En el interior de su tapa posterior aparece grabado el número 112.173 y en relieve I. JTN.

Friedley, Emile tuvo su taller en Westgate, Bradford (Yorks) entre 1866 y 1871. Después se trasladó a Tyrell Street, Bradford c. 1890-1900. También ejercía como joyero. (Fuente: Watchmakers and Clockmakers of the World, Brian Loomes)

Emile Friedley fue un importante maestro, siendo su mayor período productivo entre los años 1866 y 1871. Este reloj, estilo lepine, está certificado como lepine clase A. No tiene tapa y lleva el colgante y la corona a las XII horas. Está catalogado como relojero en el prestigioso diccionario de relojeros del mundo de G. H. Baillie, Watchmakers and Clockmakers of the World, volumen 1.

Aparece el mismo reloj, en cuanto a escape, caja y maquinaria en el libro Watches de Miller, entre otros muchos.

Como cronómetro está dotado de un certificado extendido por una oficina estatal instalada en un observatorio cronométrico y se ha otorgado el certificado de la clase A. Los cronógrafos se pueden catalogar de dos maneras: los que miden el tiempo, es decir, los cuentatiempos que no indican la hora, y los que siendo relojes, como es este caso, tienen incorporado este complejo mecanismo. Ambos tipos de cuentatiempos se hicieron populares a raíz de la aparición del sistema de cuerda remontuar. En este reloj podemos apreciar la aguja central o pelo, que da una vuelta circular en un minuto de tiempo, pudiendo aislar o medir un tiempo y llevando cuenta de él al paso de los 1/5 de segundo. En cualquier momento se puede parar la aguja en el momento que la medición deseada finalice. Es decir, aunque parada y vuelta a cero por presiones sucesivas sobre el pulsador lateral de la caja, significa una sola lectura por medición. En el caso de dos, se le denominaría retrapante.

Este cronógrafo probablemente podría haber pertenecido a un importante médico, al ser un cronógrafo de oro de alta precisión certificada, ya que los primeros usuarios de estos relojes fueron los médicos, para tomar el pulso del paciente. Con este fin, los fabricantes de relojes se esmeraron en la precisión y calidad de sus piezas, de ahí que este pulsómetro permite medir rápidamente los latidos del corazón por minuto. Si el reloj indica 24 segundos, éstos corresponden a 75 pulsaciones por minuto.

El primer cronógrafo cuya aguja de segundos volvió a su punto de partida apareció en 1862, basado en una investigación de H.F. Piguet. Hasta entonces, las observaciones habían de efectuarse a partir del paso de la aguja por los 12/60, ya que la marcha del segundero central era constante.

Además de cronógrafo es un cronómetro, dado que su elevada precisión viene garantizada por un certificado oficial emitido por los correspondientes observatorios ingleses, en este caso “Clase A, Kew Certificate”.

La caja del reloj es en oro amarillo de 18 Kl sin decoración, respetando la belleza del oro liso. Dispone de dos tapas: la anterior, con bisel de oro en la que se ha montado el cristal biselado, y la posterior, en oro liso, así como la placa de características en oro también liso, que protege la maquinaria de la humedad y el polvo. La caja en su totalidad tiene un importante grosor de casi dos centímetros. Destacan los dos pulsadores, uno para el cambio horario, junto al colgante y la corona, entre las XII y la I, y el otro pulsador ubicado en el lateral, entre la I y las III, para accionar o parar el cronónetro.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo. Los indicadores son en numeración romana en esmalte negro. En el perímetro de la esfera está la numeración arábiga correspondiente al cronógrafo, al cronómetro y al pulsómetro.

En esmalte negro, aparece el nombre del maestro relojero y la certificación de calidad, en cuanto a la precisión mencionada anteriormente.

Las agujas son en latón dorado y negro, estilo HR Spade, Min. Whip.

Con respecto a la maquinaria, se trata de un reloj complicado, provisto de un mecanismo suplementario para medir lapsos de tiempo breves, parciales o totales que se visualizan en los contadores previstos a tal efecto en la esfera. La máquina es en latón dorado y en ella aparece el  nombre del relojero, Emile Friedley Bradford, Clase A y el número de serie 112.173.

El sistema de cuerda es a remontuar por la corona. En el regulador, aparece grabado “Slow” y “Fast”.

 

El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

 

 

“La relojería ha tenido también otro de sus máximos exponentes, y por muy largo plazo, en Inglaterra. La estabilidad política conseguida por esta nación tras el paréntesis de la república de Cronwell, y su poderío marítimo y económico, ha permitido que sus mejores talentos se dedicasen con tesón y continuidad a esta actividad.

Las semblanzas de Thomas Tompion, George Graham, Harrison, John Arnold, Earnshaw, Ellicott, Dent, requerirían un espacio desproporcionado al volumen de este libro: todos están suficientemente tratados en los libros, siendo cada vez más minuciosos los estudios sobre aspectos parciales de sus obras.

Desde la aplicación del péndulo, que Fromantel inició en Londres a raíz del invento Huygens, el prototipo de reloj inglés permanece casi invariable. El conservadurismo propio de este país consiguió mantener el sistema de caracol tanto en relojería como en la portátil, hasta casi finales del siglo XX. Notables son sus relojes de carillón, numerosos los modelos de “taberna” y señoriales los de caja alta, para los que trabajaron los calificados ebanistas locales.

El tipo de reloj inglés ha sido copiado y perpetuado hasta nuestros días en varios países, habiendo sido las fábricas alemanas las que más lo han explotado desde fines del siglo XIX”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria).