Reloj Conómetro de la Casa Escasany, Buenos Aires, producido para ellos por “Tavannes Watch Company

Catalogación Referencia: MIARB -Propiedad de la familia Josep María Mirmi.

  1. DATACIÓN HISTÓRICA

Siglo XX, circa 1929

Reloj de bolsillo estilo saboneta en plata de ley producido por la “Tavannes Watch Company” para la prestigiosa joyería Casa Escasany de Argentina, sus fundadores fueron los hermanos Ramón y Manuel Escasany, procedentes de la población de Cardona, Cataluña, España, estableciéndose empresarialmente en Buenos Aires, donde aperturarán una joyería que luego sería una de las  más importante del mundo.

En la ciudad de Buenos Aires aún hoy en día se conserva el edificio que fue la sede central de esta joyería. Presidiendo ese lujoso  edificio encontramos un solemne reloj de muy grandes dimensiones, que bajo el mismo aún hoy en día se puede leer en la piedra cincelada de la fachada, en justo homenaje a esos pioneros empresarios catalanes.  “Escasany 20 de julio de 1892”, fecha de su fundación. Dicha construcción es del año 1944. El edificio no deja indiferente a nadie pues se trata de una gran construcción y altura.

La marca de este reloj, objeto de esta catalogación, de la familia Mirmi, de la marca “Casa Escasany” se remonta a la que fue la joyería  más importante de Argentina la cual  llegó a tener 1500 empleados y sucursales en cada provincia.

En el año 1978 la gran competencia del contrabando de relojes de Europa a Argentina, hizo  disminuir el negocio hasta cerrar el gran edificio y abrir una tienda Escasany  en la calle Florida de Buenos Aires, vendiendo todo el patrimonio los herederos Escasany.

La manufactura suiza que desarrollo este reloj para la Casa Escasany fue la Tavanes Watch Company. Con respecto a la firma TAVANNES, fue un grupo empresarial muy importante. El nombre en sí lleva a confusión pues es el nombre de la ciudad Tavannes, que también aparecía en los nombres de otras Compañías. Tavannes fue fundada en el año 1891 por Fréderic Henri Sandoz-Sandoz, quien nació en 1851 en la población Suiza de Le Locle, donde también había fundado HENRI SANDOZ & CIE en 1871. En 1890 recibió la patente suiza número 2.356 para un nuevo cronógrafo.

Henri Sandoz dejó su Compañía en 1891 para marcharse a Tavannes y fundar la TAVANNES WATCH CO. Al año siguiente, en 1892, llegó a un acuerdo con “SCHWOB FRERES” de “La Chaux de Fonds”. Registraron los nombres Advance y Admiral, convirtiéndose en nuevas marcas de TAVANNES, así como Lena, Obi, Azow, Kama, Duina, La Tavannes y T.W.Cº para relojes, mecanismos de relojería y estuches.

Hacia el año 1910 TAVANNES era una de las fábricas más importantes de Suiza. Ese mismo año ganó el Gran Premio de la Exposición de Bruselas. En 1913, TAVANNES tenía 1.000 empleados y su producción ascendía a 2.500 relojes al día. Dada su alta producción, la población de Tavannes cuadriplicó su población. En 1914, la Compañía ganó el prestigioso premio de la Exposición Nacional de Suiza celebrada en Berna, y en 1929 recibió el Primer Premio de la Exposición Universal celebrada en Barcelona. En aquel año, su producción diaria ya llegaba a las 4.000 piezas.

(Swiss Timepiece Makers, 1775-1975; Kathleen H. Pritchard)

En cuanto al reloj, objeto de esta catalogación, destaca que  se trata de un reloj que aún conserva su caja original, siendo una cosa inusual. El reloj de estilo saboneta en plata de ley, dispone de  sus correspondientes punzones de autenticidad. Los grabados de las tapas son de elegante estilo  “Guilloche” a rombos concéntricos apretados, con anilla de suspensión, corona ranurada y colgante a las III.

En la tapa anterior, en el escudo de características, rodeado de motivos vegetales, se ha grabado profusamente las iniciales de M y J entrelazadas que corresponden a Josep Mirmi, abuelo de su actual propietario. Se trata de un regalo de su hermano al regresar de Argentina.

Su carrura es lisa. La placa de características ha sido grabada con las medallas del primer premio de la Exposición Universal, celebrada en Barcelona, que obtuvo la marca Tavannes, empresa manufacturera de la Casa Escasany.

En la misma placa de característica se ha grabado el término “Casa Escasany y Soc. Anónima, Buenos Aires”, dentro de un timón y  el término “Cronometro Escasany” y en su base todas las medallas.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración arábiga en esmalte negro. El segundero está a las VI. Las agujas son en latón pavonadas en azul cobalto de estilo cometa.

Entre la indicación horaria de las 10 y las 2 se ha esmaltado la marca Escasany y el tipo de reloj cronómetro.

El nº de serie del reloj es el 7105312/1049 y se ha grabado discretamente en el interior de la tapa anterior. La maquinaria del reloj es de calibre a puentes en escape de Ancora, a paletas de rubís. La tapa del barrilete que alberga el muelle real conserva la grabación de: “Tavannes Watch Company”. En el puente volante  se han grabado las indicaciones de advance, retard y  fast & slow para regular  la marcha del reloj.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.

“Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).