Javier Pérez de Vargas, Director Gerente de la Real Academia de la Ingeniería

La visita al Museo Internacional de Alta Relojería de Bolsillo invita a una reflexión profunda al contemplar esta agregación inquebrantable de belleza plástica, ingeniería de precisión y utilidad.

Un concepto tan vinculado al progreso como la globalización alcanzó su sentido gracias al protagonista incuestionable de este singular Museo. La medición precisa del tiempo mediante unos dispositivos portátiles como los cronómetros náuticos, antecesores próximos de la alta relojería de bolsillo, posibilitó la navegación según se practica en la actualidad e hizo posible el trazado de las cartas náuticas que contribuyeron, en su momento, a configurar la geografía de nuestro mundo como la conocemos hoy día.

La medición exacta del tiempo, y especialmente su carácter “de bolsillo”, responde a la inalcanzable ambición del ser humano de controlar su paso. Sólo cuando el ser humano se confronta con este reto inalcanzable, resultando siempre derrotado, es capaz de entender y asumir su transcendencia, e interiorizar la obligación de dejar una obra que perdure en el tiempo.

Descubrimientos sorprendentes, como el del Museo Internacional de Alta Relojería de Bolsillo, se presentan en contadas ocasiones en nuestras vidas. Y debemos aprovecharlas con la misma sabiduría, interés y pasión que su presidente, el Profesor José Daniel Barquero, ha dedicado a su creación. No dejemos pasar esta oportunidad para valorar y reconocer un esfuerzo que perdurará al paso del tiempo.