Excmo. Sr. D. Eduardo Barrachina -Magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Calaluña.

El control, conocimiento y medición del tiempo ha constituido una obsesión permanente en cualquier época de la Historia de la humanidad. Es bien sabido que no todas las culturas definen el tiempo del mismo modo, aun cuando en todas aparezcan distintos sistemas de medición del tiempo. El paso del tiempo es incontrolable, pues a pesar de que Josué ordenó que el sol se detuviera (Josué,10.12), el tiempo siguió transcurriendo. No podemos controlar el tiempo, que, en ocasiones es incomprensible, pero sí que se puede medir, tanto es así, que es imposible realizar en la actualidad cualquier actividad humana, que no se refiera a un espacio determinado de tiempo, lo que exige necesariamente su medición, pues a todos nos preocupa el tiempo cuyo conocimiento es esencial, lo que exige su medición exacta.  La pasión que siente el Dr. D. José Daniel Barquero por los instrumentos de medición del tiempo, en especial, los relojes de bolsillo, es digna de admiración y respeto. Reunir 1500 ejemplares únicos de alta relojería de bolsillo, constituye algo más que una pasión admirable, al dar relevancia exquisita a una forma de vida que refleja bien su personalidad. La ciencia unida a la moda, se combinan armoniosamente en esta única, increíble y magnífica colección, que refleja bien la evolución de los distintos instrumentos dedicados exclusivamente a la medición del tiempo desde el año 1600, hasta nuestros días. Desde el invento del péndulo, la batería y también el uso de la energía nuclear, el ser humano ha tratado siempre de perfeccionar la medición lo más exacta posible del tiempo. El reloj de bolsillo, algunos de ellos obras maestras de la ciencia y la artesanía, unido al reloj de pulsera de finales del siglo XIX, muestran un aspecto importante en la evolución del pensamiento y la ciencia.  Esta colección es fruto de la investigación científica del Dr. Barquero, autor también de numerosas obras escritas de relojería. Reunir piezas únicas, algunas de ellas pertenecientes a personajes famosos y otras destacadas por su valor científico o histórico, justifica la visita al Museo, del que siempre se aprenderá algo más de nuestro tiempo