Dra. Dña. Maritza Mosquera de Sumich. CONFIARP- Confederación Interamericana de Relaciones Públicas. Presidenta.

Y el viejo reloj, reliquia de un pasado como un elegante gabán colgado en la percha sobre la blanca pared, en el comedor familiar. Va dando las horas, que nosotros llenamos de horas vividas, de horas dichosas, y otras no tanto…. Pasando las horas que sus manecillas matan como espadas. Al no ser vividas…y ser desperdiciadas. ¡Tic tac, tic, tac, el reloj marca las horas, tic, tac, tic tac…! Es hora de vivir”, poema de María Luisa Heras.
El ser humano siempre ha tenido la curiosidad de conocer cómo funciona el tiempo. El tiempo es ilimitado e infinito, pasa lenta o rápidamente según sean nuestras emociones. Hasta el instrumento de medición ha sido numen de poetas quienes han recurrido a letras inspiradoras.

Pero lo más interesante es que existan personas coleccionistas que atesoren la evolución de estas maravillosas máquinas especializadas en cronometrar el tiempo y tal es el caso del Dr. José Daniel Barquero, colega y amigo quien lidera del Museo Internacional de Alta Relojería- MIARB en modalidad virtual.
Visitar este museo es una travesía que, tal como dice en su presentación el Dr. Barquero, evoca “el paso del tiempo y todo el acervo cultural que ya existía disperso en el mundo fruto de los avances científicos de la micromecánica relojera.