Reloj estilo Lepine con caja mixta en plata de ley a rombos concéntricos y bisel en oro liso de 18kt.
Catalogación Referencia: MIARB Nº 809 JDBC.
- DATACIÓN HISTÓRICA
Siglo XIX, circa 1875.
- PAÍS Francia
- DESCRIPCIÓN
Reloj de bolsillo con caja Lepine en plata de ley que dispone de los dos biseles de su perímetro en oro de 18kt, el anterior y el posterior.
La tapa posterior de plata de ley es a rombos concéntricos apretados con escudo central para grabar las iniciales.
Dispone de pulsador lateral para el cambio horario y el sistema remontuar es a través de la corona ranurada.
La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con numeración arábiga en esmalte negro y segundero a las VI.
Las agujas son “open diamond” (diamante abierto) en latón pavonado en negro.
- CALIBRE Redondo a puentes.
- ESCAPE Cilindro.
El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.
El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.
- VOLANTE Anular.
- HISTORIA DE LA RELOJERÍA FRANCESA
Francia ha sido una de las naciones en que más arraigo ha tenido la relojería desde sus comienzos. Los talleres de Lyon y Blois, que antecedieron a París, han producido innumerables obras de la época del Renacimiento, que en nada desmerecen a las salidas de Augsburgo o Nuremberg. Desde el péndulo, la relojería adquiere en Francia un nuevo desarrollo, siendo ya París el centro productor desde donde se extiende el arte a toda Europa.
La nómina de sus relojeros eminentes es larguísima: Lepine , Le Roy, Robin, Janvier, y se remata con la incorporación de los suizos Berthoud y Breguet. Entendemos que se deben distinguir dos aspectos bien separados en esta relojería: las obras de autor, únicas o realizadas en cortas series, y la producción basada en la máquina París, que supuso la concentración de manufacturas y fábricas y la intervención de diversos artistas para la presentación de la caja, lo que permitió una total separación del trabajo y dio el máximo prestigio y difusión a la relojería francesa.
Por otra parte, la máquina París incorporó también complicaciones como calendario, fases de luna, segundero central, y se combinó muchas veces con equipos de órgano musical.
La relojería de uso personal tuvo asimismo gran auge; hasta su paulatino desplazamiento a Ginebra y Suiza. No olvidemos también la dilatada y vasta producción peculiar de la región de Franco Condado, que ha provisto de este género de relojes (a pesas y muelle) a toda Europa durante más de 200 años.