Reloj científico de bolsillo Carl Zeiss, Jena. V= m/ sek. Muy inusual y perteneciente al entorno científico de Jena, donde Carl Zeiss, junto con Ernst Abbe y Otto Schott, fueron los científicos promotores.
Catalogación Referencia: MIARB Nº 1.477 JDBC.
DATACIÓN HISTÓRICA DE LA FECHA DEL RELOJ:
Siglo XX, circa año 1910.
NOTICIAS COETÁNEAS A LA CONSTRUCCIÓN DEL RELOJ:
“Revolución en México: Madero desafía al régimen de Porfirio Díaz” (inicio de la Revolución Mexicana, noviembre de 1910).
Halley ilumina los cielos y provoca temor en Europa” (paso del cometa Halley, mayo de 1910).
“Muere el rey Eduardo VII de Inglaterra: Jorge V asciende al trono” (6 de mayo de 1910).
“Portugal proclama la República y derroca a la monarquía” (5 de octubre de 1910).
“París celebra la Exposición Internacional de Aviación: el futuro vuela con los hermanos Wright” (primer gran salón aeronáutico en Le Bourget, 1910).
PAÍS DE CONSTRUCCIÓN DEL RELOJ:
Suiza
DESCRIPCIÓN DEL RELOJ:
Reloj de bolsillo de estilo lepine de la marca Carl Zeiss, Jena creado bajo la fórmula : V = m/sek constituye una de las piezas más singulares en la historia de la relojería científica europea. La esfera es de metal plano con numeración arábiga en esmalte negro y rojo la cual permite dar lectura a la velocidad recorrida de metros por segundo.
Lejos de ser un mero guarda tiempo, este instrumento fue concebido como un dispositivo de medición aplicado a la física experimental, capaz de calcular velocidades expresadas en metros por segundo, fórmula que figura destacada en su esfera.
El reloj, fabricado en Suiza por encargo de la casa Carl Zeiss en Jena, se inscribe dentro de la tradición de cronómetros de precisión y cronógrafos científicos desarrollados a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Su mecanismo, complejo y cuidadosamente ajustado, permitía no solo medir intervalos temporales, sino también traducir esos intervalos en datos de velocidad. La aguja central recorría la escala graduada con la regularidad propia de un cronómetro de alta precisión; la esfera estaba organizada de modo que los valores numéricos representaban directamente velocidades promedio cuando se conocía la distancia recorrida por el objeto observado.
De esta manera, el reloj se convirtió en un instrumento didáctico y científico utilizado en laboratorios, institutos de enseñanza técnica y posiblemente en campos de experimentación industrial y militar. La inscripción “V = m/sek” (es decir, “Velocidad = metros por segundo”) no era un simple adorno, sino la clave interpretativa de la función del aparato: medir el tiempo no solo como sucesión cronológica, sino como variable esencial en el cálculo del movimiento.
La patente de este mecanismo se enmarca en el amplio movimiento de instrumentación científica de la época, cuando la relojería de precisión se vinculaba con la física, la astronomía y la balística. Aunque fabricado en talleres relojeros suizos, el encargo y la idea conceptual se deben al entorno científico de Jena, donde Carl Zeiss, junto con Ernst Abbe y Otto Schott, habían sentado las bases de una empresa dedicada a la precisión óptica y mecánica. El registro de la patente respondía a la necesidad de proteger un mecanismo que combinaba la exactitud de un cronómetro con la aplicación directa a la medición de velocidades, algo muy demandado en la experimentación técnica de comienzos del siglo XX.
El descubrimiento y recuperación de este reloj ha supuesto una sorpresa para la historiografía de la relojería. Hasta hace pocas décadas era un objeto prácticamente desconocido, citado apenas en catálogos de instrumentos científicos. Hoy constituye un testimonio material de cómo la relojería podía trascender su función doméstica para integrarse en la ciencia aplicada, en un momento en que la velocidad —ya fuera de proyectiles, máquinas o vehículos— se había convertido en un parámetro decisivo para la modernidad.
En suma, el Carl Zeiss Jena V = m/sek encarna la unión entre relojería y ciencia en el tránsito al siglo XX. Su aguja no mide solo el paso del tiempo: traduce directamente el tiempo en movimiento, recordando que cada tic-tac es también una medida de la velocidad del mundo moderno.
Funcionamiento del reloj a través de la fórmula V = m/sek que aparece en el reloj es la forma alemana antigua de escribir la ecuación de la velocidad media:
V = \frac{m}{sek}
donde:
V = velocidad,
m = metros (distancia recorrida),
sek = segundos (tiempo empleado).
Explicación paso a paso:
- Concepto de velocidad
La velocidad mide qué tan rápido se mueve un objeto, es decir, cuánta distancia recorre en un cierto tiempo. - Fórmula matemática
Se expresa como:
v = \frac{d}{t}
donde d es la distancia (en metros) y t es el tiempo (en segundos).
Esto quiere decir:
- Si recorres 10 metros en 2 segundos,
v = \frac{10}{2} = 5 \, m/s
La velocidad media es 5 metros por segundo.
- Si recorres 10 metros en 2 segundos,
Por qué “metros por segundo”
Es la unidad estándar en el Sistema Internacional de Unidades (SI) para la velocidad. Significa que cada segundo el objeto recorre cierta cantidad de metros.
Importancia en la época:
Cuando Carl Zeiss mandó fabricar este reloj, la noción de velocidad medida en m/s era clave en:
Balística: calcular trayectorias de proyectiles.
Transporte: medir el rendimiento de trenes y vehículos.
Ciencia experimental: experimentos de caída libre, dinámica y movimiento uniforme.
El reloj, gracias a su mecanismo y su escala, permitía medir el tiempo con precisión y convertirlo en un valor de velocidad en metros por segundo, aplicando directamente la fórmula básica de la física.
La esfera y su doble codificación:
La numeración arábiga en esmalte negro avanza de forma uniforme hasta 50, lo que indica que la escala estaba pensada para registrar velocidades hasta 50 metros por segundo.
Sin embargo, aparecen ciertos valores destacados en esmalte rojo: 25, 35 y 45.
Interpretación de los valores en rojo:
Los números en rojo no son un adorno estético, sino marcas de referencia científica. Podrían interpretarse de varias formas:
Umbrales pedagógicos: en la enseñanza de la física, esos valores señalaban hitos fáciles de reconocer en experimentos de movimiento.
Puntos críticos en ensayos balísticos: velocidades frecuentes en pruebas de proyectiles más ligeros o en calibración de armas de corto alcance.
Correcciones instrumentales: las marcas rojas servían para recordar factores de ajuste o conversiones rápidas durante el uso.
En cualquier caso, la coexistencia de numeración negra y roja en la esfera de este reloj muestra que este reloj estaba diseñado no solo para medir, sino también para interpretar rápidamente datos clave en el contexto de la experimentación.
Rango de aplicación (hasta 50 m/s)
El límite de 50 metros por segundo nos habla de un campo de uso civil y académico más que estrictamente militar, porque:
En laboratorios escolares, velocidades de carritos, péndulos o cuerpos en caída libre rara vez superaban ese rango.
En ingeniería civil temprana, la velocidad de trenes experimentales o automóviles de principios del siglo XX se situaba en ese mismo orden de magnitud.
En la balística ligera, algunos proyectiles de ensayo o armas de baja potencia podrían también entrar en este rango.
Un instrumento híbrido:
La estética de la esfera —esmalte negro para la escala base, esmalte rojo para referencias críticas— revela un reloj concebido como herramienta científica portátil, a medio camino entre:
un cronómetro de precisión suizo, un instrumento pedagógico,y un reloj-manifiesto, con la fórmula física inscrita en su corazón.
Lectura directa del ejemplo
Imaginemos que se mide un carrito que recorre 10 metros en 0,4 segundos:
V = \frac{10}{0,4} = 25 \, m/s
La aguja se detendría justo en el 25 rojo de la esfera. Ese contraste visual habría permitido al observador reconocer de inmediato un resultado “óptimo” o de referencia, sin necesidad de cálculos adicionales.
HISTORIA O ANTECEDENTES DE LA MARCA O MAESTRO RELOJERO QUE REALIZÓ ESTE RELOJ:
La historia de Carl Zeiss, Jena se remonta a mediados del siglo XIX, cuando Carl Zeiss (1816–1888) fundó en 1846 en la ciudad alemana de Jena un taller de óptica de precisión. En sus primeros años se dedicó a la fabricación de microscopios, lentes y otros instrumentos científicos. Con la colaboración del físico Ernst Abbe y el químico Otto Schott, Zeiss transformó un pequeño taller artesanal en una de las empresas tecnológicas más influyentes de Europa. La conjunción de óptica avanzada, teoría matemática y nuevos tipos de vidrio óptico permitió la creación de lentes y sistemas ópticos de altísima calidad que se convirtieron en referencia mundial.
La marca Carl Zeiss, Jena se consolidó como pionera en la óptica de precisión: microscopios, telescopios, instrumentos topográficos, binoculares, periscopios militares y más tarde objetivos fotográficos. Durante el Imperio alemán y la República de Weimar fue símbolo de innovación y, tras la Segunda Guerra Mundial, el nombre “Zeiss” quedó dividido en dos realidades: Carl Zeiss Jena en la Alemania Oriental y Carl Zeiss Oberkochen en la Alemania Occidental. Ambas reclamaban la herencia de Carl Zeiss, hasta que finalmente se resolvieron las disputas legales con el paso del tiempo.
En este marco de expansión tecnológica, Zeiss también incursionó en la relojería científica e instrumental. En Jena se produjeron relojes de precisión ligados a la investigación, la astronomía y la navegación, casi siempre en colaboración con otros fabricantes alemanes de mecanismos. Entre esas piezas singulares destaca un reloj de bolsillo bautizado con la fórmula V = m/sek.
Ese nombre proviene de la notación científica alemana del siglo XIX, donde “V = m/sek” equivalía a “Velocidad = metros por segundo”, una fórmula fundamental en la física de la época. La elección de este lema para un reloj no fue casual: subrayaba la relación íntima entre el tiempo medido con exactitud y el cálculo del movimiento, recordando que toda noción de velocidad se deriva de medir distancias en función del tiempo.
El reloj V = m/sek fue concebido no como un simple guardatiempo, sino como un instrumento de precisión y un manifiesto científico. Simbolizaba el espíritu de la casa Zeiss: la unión de ciencia, técnica e industria. Se trataba de un reloj de bolsillo de alta calidad, producido en series muy limitadas, hoy extremadamente raro en el mercado coleccionista. Su valor radica tanto en la precisión del mecanismo como en la carga simbólica de llevar inscrita una de las fórmulas más universales de la física, reflejo del credo positivista de la época en que ciencia y progreso se concebían como motores de la modernidad.
En consecuencia, el Carl Zeiss, Jena V = m/sek no solo es un reloj histórico, sino también un emblema del diálogo entre el tiempo y la ciencia. Representa la manera en que Zeiss vinculó su prestigio óptico con la precisión mecánica, generando un objeto que hoy resulta una rareza buscada por museos de relojería e historia de la ciencia.
FOTOGRAFÍAS O IMÁGENES HISTÓRICAS DE LA ÉPOCA EN LA QUE SE UTILIZABA ESTE RELOJ:

Fuente: Wikipedia.
CALIBRE DEL RELOJ:
El calibre de este reloj es redondo a tres cuartos con el volante a la vista.
Los relojes de bolsillo abarcan una amplia gama de calibres, desde los más antiguos como el catalino el semicatalino a los básicos como el calibre Roskopf, hasta los más avanzados como el calibre tourbillon. Cada uno de estos calibres refleja diferentes enfoques para la medición del tiempo, adaptados a las necesidades tecnológicas, económicas y sociales de su época.
En relojería, el término calibre hace referencia al diseño o tipo de movimiento interno de un reloj, incluidas las dimensiones, disposición y componentes del mecanismo. En el caso de los relojes de bolsillo, hubo una amplia variedad de calibres desarrollados a lo largo de los siglos XIX y principios del XX, adaptados a distintas necesidades y estilos.
TIPO DE ESCAPE DEL RELOJ:
ESCAPE DE RELOJ DE BOLSILLO DE ÁNCORA:
El escape de áncora es uno de los mecanismos más comunes en los relojes mecánicos y su función principal es controlar la liberación de la energía del muelle motor al tren de engranajes del reloj. Este mecanismo convierte el movimiento giratorio continuo de los engranajes en impulsos regulares que permiten que el reloj marque el tiempo de manera precisa.
Componentes principales del escape de áncora:
1. Áncora: Es una pieza en forma de «T» que oscila de un lado a otro. Sus dos extremos, llamados «paletas», interactúan con los dientes de la rueda de escape.
2. Rueda de escape: Es un engranaje con dientes en ángulo que interactúa con la áncora. Cada vez que la áncora oscila, libera un diente de la rueda de escape, permitiendo un pequeño giro de esta.
3. Volante: Está conectado al escape a través de un muelle espiral, regulando las oscilaciones y manteniendo el movimiento constante.
Funcionamiento:
Cuando el muelle motor libera energía, esta se transfiere al tren de engranajes del reloj. La rueda de escape gira, pero su movimiento está controlado por la áncora, que libera los dientes de la rueda de escape en intervalos regulares. Este movimiento proporciona impulsos al volante, que oscila de un lado a otro, y en cada oscilación la áncora bloquea y desbloquea la rueda de escape. Este sistema asegura que el reloj avance de manera controlada y precisa.
El escape de áncora es fundamental para garantizar la precisión de los relojes mecánicos, ya que regula el flujo de energía y asegura que el reloj no se mueva demasiado rápido o demasiado lento.
TIPO DE VOLANTE DEL RELOJ:
VOLANTE ANULAR.
El volante anular en relojería es un tipo de volante utilizado en los mecanismos de relojes mecánicos, caracterizado por su forma de anillo completo sin cortes. Este diseño es simple y resistente, pero no ofrece compensación térmica, por lo que era común en relojes menos avanzados o anteriores al desarrollo de los volantes bimetálicos. Su función principal es regular el movimiento del mecanismo mediante oscilaciones precisas, y su masa uniforme asegura un equilibrio básico para la marcha del reloj.
El volante en relojería es una de las piezas clave del mecanismo de un reloj mecánico. Es un pequeño disco o rueda que oscila de un lado a otro, y junto con el espiral (un pequeño resorte), regula el ritmo al que el reloj marca el tiempo. Esta oscilación controlada asegura que el escape, que libera la energía del muelle de manera regular, lo haga de forma precisa.
El volante funciona como el «corazón» del reloj, y su movimiento oscilante es lo que determina la frecuencia del tic-tac, es decir, la medición del tiempo en intervalos exactos. Si el volante se mueve con precisión, el reloj será más exacto.
HISTORIA DEL PAÍS EN EL QUE SE CONSTRUYÓ ESTE RELOJ:
RELOJERIA SUIZA:
La relojería suiza tiene una historia rica y fascinante que se remonta a varios siglos atrás. Aunque la fabricación de relojes se practicaba en Suiza desde la Edad Media, fue durante el siglo XVI que la industria comenzó a desarrollarse de manera significativa. En ese momento, muchos protestantes franceses que huían de la persecución religiosa se establecieron en Suiza y trajeron consigo sus habilidades en la relojería.
Durante los siglos XVII y XVIII, la relojería suiza experimentó un crecimiento notable, con la creación de talleres especializados y la introducción de nuevas técnicas y herramientas. La región de Neuchâtel, en particular, se convirtió en un importante centro de producción de relojes.
En el siglo XIX, la relojería suiza experimentó una revolución industrial, con la introducción de maquinaria especializada y la adopción de métodos de producción en serie. Este período también vio el desarrollo de la precisión en la relojería, con la invención del tourbillon por Abraham-Louis Breguet en 1801 y la creación de movimientos cada vez más precisos y complicados.
Durante el siglo XX, la relojería suiza enfrentó varios desafíos, incluida la competencia de los relojes de cuarzo japoneses en la década de 1970. Sin embargo, la industria suiza logró adaptarse y mantener su reputación de excelencia y calidad artesanal. La introducción de nuevos materiales y tecnologías, junto con un enfoque continuo en la innovación y el diseño, ha permitido que la relojería suiza siga siendo líder en el mercado mundial de relojes de alta gama.
Hoy en día, Suiza es conocida como la capital mundial de la relojería, con una industria próspera que abarca desde marcas de lujo reconocidas a nivel mundial hasta pequeños talleres independientes. La relojería suiza es apreciada en todo el mundo por su precisión, calidad y artesanía excepcional.
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