Reloj de bolsillo Goliat que perteneció acreditadamente al científico Profesor Dr. Sigmund Freud. 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1.448  JDBC.

DATACIÓN HISTÓRICA DE LA FECHA DEL RELOJ:

Fecha del reloj: Siglo XX,circa año 1905.

Fecha de la inscripción del reloj reloj: Siglo XX, año 1930, Sigmund Freud tenía 74 años. (Había nacido el 6 de mayo de 1856.)

NOTICIAS COETÁNEAS A LA CONSTRUCCIÓN DEL RELOJ:

“Sigmund Freud recibe el prestigioso Premio Goethe de Fráncfort”
“El padre del psicoanálisis, honrado por su contribución a la cultura alemana

“Freud no asiste a la ceremonia del Goethepreis por razones de salud”
“La obra de Freud reconocida oficialmente en Alemania en medio de tensiones políticas”
“Freud agradece el Premio Goethe con un discurso enviado desde Viena”

PAÍS DE CONSTRUCCIÓN DEL RELOJ:

Suiza

DESCRIPCIÓN DEL RELOJ:

Reloj de bolsillo Goliat de muy grandes dimensiones que perteneció al científico Profesor Dr. Sigmund Freud. Este reloj fue un regalo de su mujer Marta Bernays a Freud a quien se lo regaló para que lo pudiera poner en la mesa de su despacho o en la mesita del mismo así Freud podía ver la hora discretamente sin sacar el reloj de su bolsillo cuando atendía a sus pacientes. 

La gran numeración romana de este reloj es en esmalte negro y permitía la lectura desde una larga distancia del despacho. (ver historia completa en el punto 6 de esta ficha).

En cuanto a la descripción técnica del reloj está construido con caja en níquel y cromo de estilo lepine con el colgante la anilla de suspensión y la corona redonda ranurada a las XII. Dispone además de pulsador lateral para el cambio horario a la I. Las agujas son recias de estilo Pica de Látigo, construidas en laton de color azul cobalto.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo de grandes dimensiones y con segundero a las VI. En la Tapa posterior dispone de una grabación que dice: “ This family Watch long desired by my sister Anna, now goes to my nephew Edward, for having made the pocket watches vanish during the Great Ward. Prof.Dr. Freud. October 5.1930-Vienna.” La maquinaria es a tres cuartos con puente de volante dotado de tornillos a la vista.

Este reloj de Sigmund Freud fue un obsequio del profesor Dr Bernays al Dr Jose Daniel Barquero (Su discípulo)por varios años de leal servicio  y se lo obsequió en España, Barcelona. El evento del obsequio se llevó a cabo en un almuerzo muy protocolario que organizó el propio padre del joven Barquero por aquella época (un importante empresario) para dar las gracias en su propia residencia por la oportunidad que dio el Dr. Bernays  pues convenció a su hijo de trabajar con él en EEUU e introducirlo en La Casa Blanca al igual que hizo con varios  Presidentes de EEUU, de ahí la posterior relación de Barquero cómo se puede ver en las fotos con varios presidentes de los EEUU.

En justo homenaje a esa visita solemne a España Bernays fue entrevistado por distintos medios de comunicación e incluso en TV española en el programa de máxima audiencia Ángel Casa Show a su vez se le hizo un homenaje en el Palacio de Pedralbes con multitud de personalidades donde se celebró además de impartir una conferencia el cumpleaños del Dr  Bernays. Fue a su vez recibido en su visita a España por el Rey Juan Carlos y el Presidente Jordi Pujol.

Presidente de EEUU J.Carter y Dr Jose Daniel Barquero

Presidente de los EEUU G. Bush y Jose Daniel Barquero.

Presidente de EEUU B. Clinton y Jose Daniel Barquero

Secretaría de Estado de los EEUU y quien fuera candidata a Pta de los EEUU Hillary Clinton y Jose Daniel Barquero.

HISTORIA O ANTECEDENTES  DE LA PROCEDENCIA DE  ESTE  RELOJ:

El Dr Bernays fue el pionero mundial de las relaciones públicas asesor de La Casa Blanca y de varios presidentes de los EEUU, así como de importantes líderes mundiales, rechazo trabajar para Hitler, Franco y Somoza. Entre sus más de 350 clientes detallados en su biografía publicada en inglés y alemán destacan las empresas número uno del mundo. El Dr Jose Daniel Barquero presidente de este museo de relojes fue su discípulo en EEUU y trabajó para él Dr Bernays durante muchos años en el sector de la empresa y relaciones económicas estratégicas hasta su fallecimiento, incluso la correspondencia entre ambos Bernays y Barquero parte importante de la misma está en la Librería del Congreso de los EEUU y puede ser consultada. El Dr. Edward L. Bernays le regaló el reloj de bolsillo de su tío Sigmund Freud al Dr. Barquero para su colección de relojes de bolsillo a finales de los años 80 del siglo XX en reconocimiento a

una gran amistad y horas y horas de trabajo juntos a lo largo de los años.La madre del Dr.  Edward L. Bernays se llamaba Anna Freud y era hermana de Sigmund Freud, lo que hace a Edward Bernays fuese su sobrino materno. El padre de Edward Bernays se llamaba Ely Bernays y era el hermano de Martha Bernays, quien era la esposa de Sigmund Freud. Es decir, eran dos hermanos Freud casados con dos hermanos Bernays, de ahí el parentesco por partida doble en el caso del Dr Bernays, siendo sobrino de Freud por parte de madre y de padre.

La familia Bernays tenía este reloj desde principios del siglo XX en la mesa del despacho del patriarca, Ely Bernays. El reloj fue a parar a Sigmund Freud a través de su propia mujer Marta Bernays, hermana de Ely Bernays quien se lo regaló a su hermana, pues ella lo quería para regalarlo como hizo para el despacho de su propio marido Sigmund Freud. Freud lo utilizaba para mirar la hora discretamente al ser de grandes dimensiones cuando atendía a sus pacientes y lo dejaba sobre la mesa sin la porta reloj. 

El Dr Edward L. Bernays siempre quiso ese reloj de su padre, incluso Edward L. Bernays cuando se lo regaló a Barquero y ante la presencia de su familia les explicó que su padre de saber que él tanto quería ese reloj de bolsillo se lo hubiese regalado a él.  Circunstancias de la vida dicho reloj se lo regaló él a su hermana y a la vez tía de Edward, Marta Bernays casada con Freud. 

Edward Bernays tanto escuchó decir a su padre el afecto que le tenía a ese gran reloj que lo deseaba y pronto llegó a los oídos de Freud a través de su hermana Ana Freud quien le insinuó que su hijo Edward lo quería.   Freud guardó esa información para sus adentros y pasó al olvido esa petición, pues a su vez era un recuerdo que tenía Freud de su mujer Marta Bernays. No se sabe a cuantas sesiones atendería como testigo mudo entre Freud y sus pacientes.

Ely Bernays (padre del DR. Bernays), nació en 1860 en el Imperio austrohúngaro, en una familia de raíces judías profundamente europeas. Hermano de Martha Bernays, futura esposa del célebre Sigmund Freud, Ely formaba parte de una red familiar que más tarde daría lugar a figuras clave del pensamiento moderno incluido su propio hijo quien incluso apareció en la famosa revista norteamericana Life como uno de los 100 personajes más influyentes del mundo del pasado siglo XX.

El y Bernays emigrado a los Estados Unidos en las últimas décadas del siglo XIX junto a su familia, se estableció en Nueva York, donde se dedicó al comercio con explotaciones agrícolas comprando y vendiendo granos para siembra y alimentación, una ocupación que, aunque alejada de los círculos intelectuales europeos, le brindó estabilidad y prestigio y una buena economía en el nuevo mundo. En su despacho, un espacio muy elegante y cargado de cierto aire vienés, se podía ver sobre la mesa un gran reloj de bolsillo, colocado sobre un sobrio soporte de metal dotado de un pequeño ganchito del que colgaba que lo mantenía erguido y visible desde cualquier ángulo de la mesa. Este reloj, con su esfera esmaltada en esmalte blanco y grandes números romanos esmaltados en negro, le permitía consultar la hora sin necesidad de sacar de su propio chaleco el reloj de bolsillo. Para Ely, ese objeto no era solo una herramienta funcional, sino un símbolo silencioso de orden, disciplina y dignidad vianesa. Su hijo, Edward L. Bernays, quien cumplió un año en el barco que los llevó a Nueva York en 1891, lo miraba con fascinación infantil, atraído por el brillo del metal de su caja construido en níquel y cromo y por el leve y casi imperceptible tic-tac que parecía marcar el pulso de aquel espacio que olía a madera encerada, papeles de oficio, facturas de granos y tabaco. Pero ese reloj era intocable. A Edward, su padre nunca le permitió acercarse. Para el niño Edward, esa negativa convirtió el reloj en un objeto casi mítico, como un impalpable tesoro que simbolizaba la distancia entre el mundo serio de los adultos y el universo más caótico y libre de la infancia. Años después, convertido ya en el pionero de las relaciones públicas y uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, Edward Bernays evocaba ese tiempo con una mezcla de reverencia y resignación. Ely Bernays falleció en 1923, coetáneamente a la publicación del libro que daría gran fama internacional a su hijo Edward L. Bernays creando una nueva profesión las relaciones públicas dejando atrás un gran trabajo, pero además crucial en la formación del carácter y del imaginario de su hijo.

El Dr. Edward L. Bernays, fue miembro del Committee on Public Information (CPI), también conocido como Comité Creel, una agencia gubernamental estadounidense creada en 1917 durante la Primera Guerra Mundial para organizar propaganda y generar apoyo a la entrada de EE. UU. en la contienda. En este comité trabajó directamente con George Creel, participando en la coordinación de discursos y la famosa campaña “Make the World Safe for Democracy”, que moldeó la opinión pública estadounidense, Bernays incluso publicó varios libros y artículos sobre este tema. Esa experiencia temprana le confirmó a Bernays que los mismos métodos utilizados en tiempos de guerra podían aplicarse con éxito en tiempos de paz (creando la profesión de relaciones con los públicos en España traducido por Relaciones Públicas).

Tras el fin de la I Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918 y la firma del armisticio, Bernays fue enviado por el CPI a París en junio de 1919, donde acompañó a la delegación estadounidense y pudo presenciar de primera mano las negociaciones del Tratado de Versalles —el acuerdo definitivo que puso fin a la Primera Guerra Mundial el 28 de junio de 1919. Durante ese viaje, su tío Sigmund Freud le confió el manuscrito de su obra:” Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse” (Más tarde publicada en inglés como Introductory Lectures on Psychoanalysis), con permiso para traducirla al inglés y difundirla en EE. UU a su sobrino Edward L. Bernays, siendo un éxito en ventas. Este gesto no solo demostró la gran confianza familiar, sino que marcó un hito: Bernays empleó sus habilidades en relaciones públicas para promocionar el psicoanálisis como una herramienta de comprensión humana y persuasión social, alejándose del ámbito clínico hacia el discurso público e intelectual.

La campaña de Relaciones Publicas que desarrolló en torno a su tío Sigmund Freud Bernays fue cuidadosamente planificada: se dirigió a periodistas, intelectuales y líderes de opinión, posicionando al psicoanálisis como una corriente de pensamiento moderna, relevante, científica y resonante para una sociedad que acababa de vivir la devastación de una guerra mundial. Gracias a esta estrategia, Freud adquirió aún más prestigio en Estados Unidos en los años veinte, más allá del reducido círculo académico y científico pasó a ser estudiado por toda la sociedad en general y las universidades en particular.

Desde una perspectiva académica, este episodio ilustra varios aspectos clave en la evolución del pensamiento de Bernays y de las relaciones públicas:

  1. Transición de propaganda a relaciones públicas: Su trabajo en el CPI demostró el poder de la persuasión masiva; tras la guerra, redefinió estos métodos para aplicarlos en el ámbito comercial y cultural, acuñando términos como “engineering of consent” y consolidando el campo de las relaciones públicas.

En resumen, Bernays no solo formó parte del Comité Creel y participó en el entorno de la firma de la paz; aprovechó esa experiencia en Europa para integrar la comunicación estratégica con el pensamiento freudiano, catalizando una revolución en las formas de entender, dirigir y gestionar la opinión pública en la era moderna.

Sigmund Freud estuvo profundamente agradecido a su sobrino Edward Bernays por la traducción y difusión de su obra en Estados Unidos. Aunque Freud no comprendía del todo el nuevo lenguaje de las relaciones públicas y la persuasión de los públicos para creer, comprar, votar etc que Bernays dominaba, valoró sinceramente el esfuerzo de su sobrino por hacer accesible el psicoanálisis al público angloparlante. En varias cartas, expresó su aprecio por el papel que jugó Bernays en la introducción de sus ideas en un país inicialmente reacio, reconociendo que gracias a él su pensamiento ganaba una proyección internacional que de otro modo habría sido mucho más lenta.

Durante la I Guerra Mundial Bernays con una campaña de relaciones públicas desterró el reloj de bolsillo del mundo y con una campaña sin precedentes hizo que toda la sociedad mundial utilizara el reloj de pulsera. 

Su tío Sigmund Freud en el año 1930 pensó que era momento de regalarle en recuerdo de esa efeméride todos sus relojes de bolsillo sabiendo que ya no los utilizaría nunca más. Entre estos relojes   incluido el que fue de su padre y que a Freud se lo regaló su propia mujer Marta Bernays (hermana de Ely Bernays y este a su vez padre de Edward Bernays) y sabiendo Freud que su sobrino lo deseaba por su hermana se lo regaló al igual que  otro reloj de bolsillo al que él le tenía mucho cariño con simbología egipcia en su caja, también.

¿CÓMO SE PASÓ DEL RELOJ DE BOLSILLO AL RELOJ DE PULSERA EN EL MUNDO?

Desde inicios del pasado siglo hasta finales de la I Guerra Mundial, todos los hombres llevaban reloj de bolsillo y todas las mujeres llevaban reloj de bolsillo adaptado a la muñeca a través de un arnés en forma de pulsera sujeto mediante una correa o lazo a conjunto con el vestido que la dama llevaba. Convirtiendo el reloj de pulsera en algo extremadamente muy femenino.

Al estallar la I Guerra Mundial, los americanos mandaron un millón de soldados a combatir con los alemanes, pero coetáneamente a la I Guerra Mundial los empresarios de los Estados Unidos querían seguir produciendo, vendiendo y ganando más dinero, ya que América no podía  parar su crecimiento económico a pesar de estar en tiempos de guerra.

Por aquella época un empresario creador de una profesión denominada Relaciones Públicas y en la que trabajaba y demostraba su eficacia, recibió el encargo secreto de la Ingersoll Watch Company. Dicha empresa deseaba vender más relojes de pulsera a las mujeres, pero las ventas habían tocado techo, pues las mujeres no podían ponerse dos relojes a la vez, por lo que decide Bernays hacer algo sin precedentes. Si se deseaban vender más relojes de mujer, tenían que doblar el mercado y en consecuencia cambiar los hábitos de la gente y vender los relojes de pulsera de dama a los hombres sólo así se doblaría el mercado. Éste era un planteamiento muy atrevido, pues nadie en aquella época siendo hombre se pondría un reloj de mujer. 

Tras una investigación de marketing descubrieron que una de las causas de peligro del uniforme militar se centraba en el reloj que les entregaban a los mandos militares con el mismo o bien los que llevaban consigo muchos soldados por tres motivos: 

El primero era que la cadena del reloj se les enredaba cuando los soldados se arrastraban por las trincheras, provocando que el enemigo les hiciera presos, o incluso que les mataran al no poder escapar a tiempo.

El segundo era que al encender por la noche una cerilla para ver la hora, eran presas fáciles de los francotiradores enemigos, pues éstos conocían la posición de los soldados por la luz de la cerilla encendida.

Y el tercero era que el brillo del cristal muy convexo de los relojes de bolsillo   durante un día soleado, podía provocar que descubrieran la posición de los soldados americanos al mirar estos la hora y provocar destellos de luz.

Bernays centró su estrategia de persuasión en salvar las vidas de los soldados americanos, haciendo coincidir el interés privado con el público. El interés privado es fácil, se lo decía la Ingersoll: vender más relojes de mujeres aumentando así el público objetivo del producto y consecuentemente las ventas de relojes de pulsera. El interés público era más difícil, pues Bernays lo tenía que descubrir y se centró en salvar las vidas de los soldados solo así beneficiaría a la Ingersoll pues ganaría más  y a los soldados pues salvaría vidas.

Así que Bernays solventó los tres problemas: Uno, desapareció la cadena de los relojes de bolsillo de los soldados que se sustituyó por una correa. Dos, barnizo las agujas y los indicadores de las horas con radio luminiscente, no siendo necesario el encender una cerilla para ver la hora durante la noche. Y tres, aplico un cristal plano mate que no brillaba tanto al sol. 

Bernays, hizo fabricar 100 relojes con estas características y los presentó al Ministro de Defensa responsable de los soldados en el frente diciendo que quería salvar las vidas de los americanos que estaban en combate. La idea causó tal sensación que automáticamente se mandaron a los soldados y fue noticia en la prensa de todo el  mundo con los siguientes titulares: “El soldado americano va a la guerra con el reloj de pulsera” Pasando de ser un símbolo femenino a masculino y multiplicándose las ventas de relojes de  la Ingersoll” en todo el mundo.El aumento de las ventas, hemos de decir, también que se debió a que la Ingersoll estaba preparada con anterioridad para la venta de relojes de pulsera para hombres, llegando incluso a tenerlos anunciados en sus escaparates, y pasando así a desterrar  la idea de que los relojes de pulsera estaban unidos única y exclusivamente a las mujeres al ser muy femeninos, pues éste tipo de relojes estaba siendo utilizado por los soldados americanos y pasó por tanto a ser un símbolo muy masculino.

FOTOGRAFÍAS O IMÁGENES  HISTÓRICAS DE LA ÉPOCA EN LA QUE SE UTILIZABA ESTE RELOJ:

CALIBRE DEL RELOJ:

La maquinaria es a tres cuartos con puente de volante dotado de tornillos a la vista.

Los relojes de bolsillo abarcan una amplia gama de calibres, desde los más antiguos como el catalino el semicatalino a los básicos como el calibre Roskopf, hasta los más avanzados como el calibre tourbillon. Cada uno de estos calibres refleja diferentes enfoques para la medición del tiempo, adaptados a las necesidades tecnológicas, económicas y sociales de su época.

En relojería, el término calibre hace referencia al diseño o tipo de movimiento interno de un reloj, incluidas las dimensiones, disposición y componentes del mecanismo. En el caso de los relojes de bolsillo, hubo una amplia variedad de calibres desarrollados a lo largo de los siglos XIX y principios del XX, adaptados a distintas necesidades y estilos.

TIPO DE ESCAPE DEL RELOJ:

ESCAPE DE RELOJ DE BOLSILLO DE ÁNCORA :

El escape de áncora es uno de los mecanismos más comunes en los relojes mecánicos y su función principal es controlar la liberación de la energía del muelle motor al tren de engranajes del reloj. Este mecanismo convierte el movimiento giratorio continuo de los engranajes en impulsos regulares que permiten que el reloj marque el tiempo de manera precisa.

Componentes principales del escape de áncora:

1. Áncora: Es una pieza en forma de «T» que oscila de un lado a otro. Sus dos extremos, llamados «paletas», interactúan con los dientes de la rueda de escape.

2. Rueda de escape: Es un engranaje con dientes en ángulo que interactúa con la áncora. Cada vez que la áncora oscila, libera un diente de la rueda de escape, permitiendo un pequeño giro de esta.

3. Volante: Está conectado al escape a través de un muelle espiral, regulando las oscilaciones y manteniendo el movimiento constante.

Funcionamiento:

Cuando el muelle motor libera energía, esta se transfiere al tren de engranajes del reloj. La rueda de escape gira, pero su movimiento está controlado por el áncora, que libera los dientes de la rueda de escape en intervalos regulares. Este movimiento proporciona impulsos al volante, que oscila de un lado a otro, y en cada oscilación el áncora bloquea y desbloquea la rueda de escape. Este sistema asegura que el reloj avance de manera controlada y precisa.

El escape de áncora es fundamental para garantizar la precisión de los relojes mecánicos, ya que regula el flujo de energía y asegura que el reloj no se mueva demasiado rápido o demasiado lento.

HISTORIA DEL PAÍS EN EL QUE SE CONSTRUYÓ ESTE  RELOJ:

RELOJERIA SUIZA:

La relojería suiza tiene una historia rica y fascinante que se remonta a varios siglos atrás. Aunque la fabricación de relojes se practicaba en Suiza desde la Edad Media, fue durante el siglo XVI que la industria comenzó a desarrollarse de manera significativa. En ese momento, muchos protestantes franceses que huían de la persecución religiosa se establecieron en Suiza y trajeron consigo sus habilidades en la relojería.

Durante los siglos XVII y XVIII, la relojería suiza experimentó un crecimiento notable, con la creación de talleres especializados y la introducción de nuevas técnicas y herramientas. La región de Neuchâtel, en particular, se convirtió en un importante centro de producción de relojes.

En el siglo XIX, la relojería suiza experimentó una revolución industrial, con la introducción de maquinaria especializada y la adopción de métodos de producción en serie. Este período también vio el desarrollo de la precisión en la relojería, con la invención del tourbillon por Abraham-Louis Breguet en 1801 y la creación de movimientos cada vez más precisos y complicados.

Durante el siglo XX, la relojería suiza enfrentó varios desafíos, incluida la competencia de los relojes de cuarzo japoneses en la década de 1970. Sin embargo, la industria suiza logró adaptarse y mantener su reputación de excelencia y calidad artesanal. La introducción de nuevos materiales y tecnologías, junto con un enfoque continuo en la innovación y el diseño, ha permitido que la relojería suiza siga siendo líder en el mercado mundial de relojes de alta gama.

Hoy en día, Suiza es conocida como la capital mundial de la relojería, con una industria próspera que abarca desde marcas de lujo reconocidas a nivel mundial hasta pequeños talleres independientes. La relojería suiza es apreciada en todo el mundo por su precisión, calidad y artesanía excepcional.

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