Reloj de bolsillo Lepine en níquel y cromo de la marca BEAUCOURT de pletina inusual.

 

Catalogación Referencia: MIARB Nº 862 JDBC.

 

 

Siglo XIX, circa 1880.

Reloj de bolsillo Lepine, en níquel y cromo de la marca BEAUCOURT, Francia, perteneciente a la manufactura francesa establecida en 1770, JAPY FRÈRES & Cie.

Este mismo reloj fue seleccionado por el experto inglés en relojes de bolsillo Alan Shenton, para ilustrar su libro ‘Pocket Watches’ en la página 50, sección de relojes con escape de cilindro.

La esfera es en esmalte blanco sobre cobre convexo con segundero a las VI y numeración romana en esmalte negro. Las agujas son pica de látigo en azul cobalto. En el fondo de la maquinaria se puede leer la marca situada en el centro de su logo, que es una herradura de caballo.

Diámetro 49mm. Sistema de cuerda y cambio horario a llave.

Frédéric Japy nació en 1749 y primero trabajó como aprendiz de Abraham-Louis Perrelet. Posteriormente, en 1771, fundó una fábrica de relojería. Fue uno de los primeros en fabricar maquinaria relojera en sus talleres y consiguió varias patentes en 1799. Creció rápidamente, pasando de 300.000 piezas fabricadas en 1813 a 500.000 en 1851. Fue el principal proveedor de maquinaria de reloj tanto para industrias francesas como suizas que se dedicaban a ensamblar y hacer los acabados de los relojes.

El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

 

Francia ha sido una de las naciones en que más arraigo ha tenido la relojería desde sus comienzos. Los talleres de Lyon y Blois, que antecedieron a París, han producido innumerables obras de la época del Renacimiento, que en nada desmerecen a las salidas de Augsburgo o Nuremberg. Desde el péndulo, la relojería adquiere en Francia un nuevo desarrollo, siendo ya París el centro productor desde donde se extiende el arte a toda Europa.