Reloj joya del maestro HUGUENIN para dama, recuerdo de un acontecimiento. Realizado en oro de 18k, esmaltes y diamantes.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1033 JDBC

 

 

Circa 1830, siglo XIX.

Reloj para dama de la marca HUGUENIN en oro de 18k y esmalte marrón sobre grabado lineal, en el que se ha escrito sutilmente con diamantes, en la tapa anterior, la palabra ‘recuerdo’, y en la tapa posterior se ha encastado con diamantes una flor sobre el fondo esmaltado.

La esfera es en plata de ley con motivos centrales en oro de 18k y en su perímetro, motivos vegetales y florales. Dispone de segundero a las VI. El sistema de cambio de hora y remontuar es a llave.

En la placa de características, realizada en oro de 18k, aparece grabado el nombre del maestro relojero: HUGUENIN Reloj de áncora, Geneve.

David Guillaume Huguenin (1768 – 1841) era de La Brévine (Suiza). Después de años de aprendiz de relojero estudió notaría y en el año 1797 fue teniente.

Posteriormente, fue alcalde de La Brévine iniciando su primer mandato en el año 1800 y luego de forma continua desde 1804 hasta su muerte.  Así mismo fue Consejero de Estado en 1831.

Huguenin dividía su tiempo entre su oficio de la relojería, su mandato público y la creación de varias máquinas. Poseía una personalidad de mente curiosa; le interesaba mucho la religión, la agricultura, la escritura, pero sobre todo la relojería. Gran Instigador del Fondo para la Paz de La Brévine destinado a ayudar a los pobres (1816). Fue miembro fundador de la «Sociedad de Emulación Patriótica», fundada en 1791, cuyo objetivo era promover la agricultura.

A parte de relojero, también fue fabricante de instrumentos de precisión, tales como telescopios y microscopios.

Elemento técnico de escape situado en la maquinaria. Dicha pieza, como su nombre indica, recuerda a un áncora y lo que la caracteriza es que recibe la fuerza para el impulso sobre sus dos extremos y la transmite al volante por su tenedor, que a continuación transmite a una pieza solidaria con el eje del volante durante unos instantes, mientras que la velocidad del volante es máxima dejándole libre durante su oscilación, de ahí su nombre de escape libre.