Reloj de caballero en níquel y cromo, SISTEME ROSKOPF.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1044 JDBC.

 

 

Circa 1885, siglo XIX.

Reloj de bolsillo de caballero con motivo ecuestre de la firma SISTEME ROSKOPF, que produce relojes de bolsillo de calidad superior a ROSKOPF (marca oficial) sin serlo propiamente ni ser una marca patentada. En otras palabras, la marca SISTEME ROSKOPF trata estratégicamente de hacerse pasar por un ROSKOPF, reloj económico de la época, pero de suntuosa decoración y alta precisión.

La esfera es característica de este tipo de relojes, a cartuchos en esmalte verde sobre fondo lineal y numeración arábiga en esmalte color oro. Las agujas son en latón dorado, estilo Luís XIV.

La maquinaria es de calibre redondo a tres cuartos. Dispone de pulsador lateral en la carrura para el cambio horario y el sistema de cuerda es por la corona a remontuar.

La caja, en su tapa posterior, tiene como motivo central un caballo repujado en situación de galope, enmarcado en su perímetro por una decoración vegetal y floral también repujada.

En cuanto al maestro y empresario relojero Georges-Fréderic Roskopf nació en Alemania en el año 1813 y falleció en Suiza en el año 1889, siendo reconocido mundialmente como el que consiguió que la clase trabajadora pudiese adquirir relojes de bolsillo de calidad a precio asequible.

Sus inicios profesionales se remontan a 1829, a la edad 16 años, en La Chaux de Fonds, donde ya es un destacado comerciante y trabaja centrado en la especialidad de piezas de metal, ferretería y fornitura de relojes. En 1833 decidió iniciarse en el mundo de la producción de relojes como aprendiz y colaborador de J. Biber. Su espíritu emprendedor hizo que no tardara en establecerse con su propio negocio, centrado en la compra de movimientos relojeros y demás piezas relacionadas con el mundo de la relojería (como por ejemplo: cajas, esferas, agujas, coronas, anillas de suspensión, etc.) para montar sus propios relojes.

El hecho de estar en un sector en constante desarrollo y crecimiento, hizo que internacionalizara su negocio, creando relojes de elegante diseño de manufactura propia y los exportara a Europa y Norte América desde Suiza.

Su crecimiento fue tan importante que el ansia de prosperar hizo que no prestara suficiente atención a algunos departamentos de su negocio y éstos no fueran muy rentables, por lo que al recibir una oferta importante, decidió vender su empresa. No obstante, su pasión por la relojería hizo que siguiera fabricando relojes como Director asociado en la manufactura B. J. Guttman Frères de Wruzburg.

En 1855, Georges F. Roskopf abrió un nuevo negocio con su hijo, Fritz Edouard Roskopf, y Henri Gindrauz que denominarían Roskopf, Gindraux and Co. Después de dos años, su hijo F. Edouard abrió su propio negocio en Ginebra y Gindrauz fue a Neuchâtel y dada su brillantez, ocupó el importante puesto de Director de la Escuela de Relojería, con todo lo que ello conlleva estando en un sector altamente floreciente en aquel momento.

G.F. Roskopf era un gran empresario y soñaba con realizar un modelo de reloj de muy buena calidad pero a un precio asequible, que pronto fuera muy popular entre la clase trabajadora. En el año 1860 ideó con gran astucia y estrategia un reloj de calidad y diseño que podía venderse por 20 francos.

Roskopf patentó sus relojes en distintos países, tales como Bélgica y Francia, pero no en Suiza, pues por aquellos años este país todavía no disponía de un sistema de patentes.

Fue el año 1868 el de su reconocimiento internacional a tanto trabajo. Tuvo la oportunidad de presentar su reloj en la Exposición Universal de París y ganó la codiciada Medalla de Bronce. En 1869, lo exhibió en la Exposición de Amsterdam y ganó la ansiada Medalla de Plata.

En 1873, Roskopf llegó a un acuerdo con Wille Freres y sus asociados, CH. Leon Schmid. A su muerte, un gran número de marcas relojeras de todo el mundo declararon ser sus sucesoras legales, pero únicamente Wille Freres tenía los derechos sobre la firma Roskopf.

Los mecanismos Roskopf se hicieron por su rentabilidad y precisión muy populares en todo el mundo. Cientos de marcas y compañías, así como numerosas manufacturas empezaron a utilizar sus modelos, marcando un antes y un después en la historia de la relojería internacional.

“Creado en 1798 por el maestro relojero L. Perron de Besançon. Las paletas de rubí son sustituídas  por paletas de acero templado. Este escape fue utilizado con posterioridad por Roskopf, en el año 1867 cuando creó un reloj simplificado de precio módico”. (Dictionnaire Professionnel Illustré de l’Horlogerie. G.A. Berner)