Cronómetro de bolsillo HANHART.

Catalogación Referencia: MIARB Nº 1083 JDBC

 

 

Siglo XX, circa 1980.

HANHART fue fundada en la Suiza alemana el 1 de julio de 1882. En la actualidad posee las marcas Pioneer, Primus y Classic Timer. Produjo cronómetros para coches deportivos de alta gama.

Este cronómetro HANHART, estilo Lepine, está realizado en níquel y cromo, con esfera de metal y numeración en esmalte color negro y rojo.

Año 1882: Los orígenes de HANHART. En un anuncio publicado en el “Anzeiger am Rhein”, el relojero Johann A. Hanhart textualmente “anuncia respetuosamente a los honorables vecinos de Diessenhofen y sus alrededores” que ha adquirido un local para abrir en él una relojería. Este hecho supondría la base sobre la que, posteriormente, tomaría forma la manufactura relojera de Hanhart.

Johann Hanhart, nacido el 11 de mayo de 1856 en Diessenhofen, a orillas del Rin, ocupó también de manera simultánea con su negocio y durante varios años el cargo de alcalde de esta misma ciudad, hasta que, en el año 1902, trasladó su empresa a la ciudad que por aquel entonces era considerada como la capital de la industria relojera del sur de Alemania: Schwenningen. Eminentemente basada en una producción artesanal y orientada a la venta minorista, HANHART tiene en pocos años un notable éxito que la conduce a convertirse en la empresa más grande de su tipo en la región.

Del taller de ensamblado a la manufactura. Cuando el hijo menor de Johan, Wilhelm Julius, nacido el 31 de octubre de 1902, ingresa en la empresa ya trasladada a Schwenningen, la va transformando de manera progresiva, de un mero taller de ensamblado hasta convertirla en una verdadera manufactura.

En 1924 Wilhelm Julius, que es un apasionado del deporte, lanza al mercado lo que por aquel entonces se consideraría el primer cronógrafo mecánico con un precio asequible. La historia que motivó la creación de este cronógrafo se remonta a 1923. Wilhelm había participado en un evento de atletismo en el que sus organizadores, a pesar de su empeño, tan sólo habían podido reunir cuatro cronógrafos de distintas calidades. La adquisición de este tipo de instrumentos era una ardua tarea debido a su elevado precio, motivado por la relativa novedad y compleja construcción de sus mecanismos, que tan sólo se fabricaban en Suiza y que los convertían en verdaderas piezas únicas. Este hecho alentó a Wilhelm a fabricar él mismo en sus talleres sus propios cronógrafos.

Johan A. Hanhart muere en 1932 y su hijo Wilhelm destina todos sus esfuerzos a la fabricación de sus propios movimientos a la vez que continúa con su proceso de expansión y, en 1934, abre una segunda manufactura en la ciudad de Gütenbach. Precisamente en estas instalaciones son en las que HANHART realiza hoy en día (2017) la fabricación de los cronógrafos y los relojes de pulsera.

Modelos legendarios y la Segunda Guerra Mundial. En 1938 se abre un nuevo capítulo en la historia de HANHART con el inicio de la fabricación en serie del primer modelo de cronógrafo de la manufactura, el “Calibre 40”, dotado de un solo pulsador y que no tardaría en convertirse en el producto estandarte de la firma. Un año después, en 1939, le seguirían los cronómetros de aviador conocidos como “Calibre 41” y “Tachy Tele”, ambos con el característico pulsador de color rojo que se convertiría en el principal rasgo identificativo de la marca y cuya función consistía en evitar la puesta a cero del cronógrafo de manera involuntaria.

Durante la II Guerra Mundial muchos pilotos y oficiales de la marina usaron en sus muñecas modelos de cronógrafos HANHART que, al igual que la práctica totalidad de la industria relojera alemana, basa parte de su producción en la fabricación de pedidos para el ejército. Pero las consecuencias de esta guerra son pésimas para HANHART ya que, a la finalización del conflicto, sus dos plantas ubicadas en Schwenningen y Gütenbach quedan en la zona de ocupación francesa lo que ocasiona que sean saqueadas y desmanteladas.

Dada la precaria situación, los asesores fiscales de HANHART le recomiendan declarar la quiebra de la empresa pero, en lugar de seguir su consejo, Wilhelm con la ayuda de su esposa Gertrud, empieza a reconstruir la fábrica de Gütenbach.

Para evitar una nueva detención en 1947 huye a Suiza para no regresar a Alemania hasta dos años después, en 1949. Durante estos dos años se dedica a adquirir máquinas que canjea por relojes de pulsera, mientras que los empleados de la empresa recuperan mecanismos, pequeñas máquinas y herramientas de los escondites que las habían albergado de manera segura durante la guerra. Gracias a ello, en 1948 es posible la reanudación de la producción de cronógrafos.

La especialización en los cronógrafos. En 1952 HANHART reconstruye el edificio que había sido su Sede Social desde 1902 en Schwenningen. También en este año la manufactura se presenta por primera vez, y desde entonces de manera ininterrumpida, en Baselworld.

La década de los 90. Con el regreso a la relojería mecánica Hanhart recurre a su historia para presentar en esta década guardatiempos que son fieles réplicas de sus legendarios cronógrafos de aviador y cronógrafos monopulsantes. La acogida de estos modelos entre los coleccionistas y amantes de la relojería mecánica es inmediata.

El origen de este guardatiempos es Irén Dornier, nieto del célebre constructor de aeronaves alemán Claude Donier.

Actualmente HANHART cuenta con una plantilla de unos 40 empleados y continúa destinando parte de sus recursos al desarrollo de nuevas tecnologías, como la presentada durante este año 2017 y que se aplicará a las cajas de sus cronógrafos de pulsera: un acero inoxidable sin níquel que, gracias a un procedimiento específico, se caracteriza sobre todo por su alto grado de dureza que le permite alcanzar una resistencia al rayado mejorada en más del 10.000% y patentado bajo la marca HDSPro.